Naiara, la capital olvidada

Desde principios del siglo X podemos encontrar el término de Naxara en diferentes narraciones sobre las continuas luchas existentes en ese siglo, entre musulmanes y cristianos. Es un término que usaron los árabes para designar la Naiara vascona, el cual se lo dieron por estar esta ciudad situada un lugar de entre peñas.

En 923, el rey navarro Sancho Garcés I, con la colaboración del rey de León, recuperó para los vasco(ne)s la Rioja Media y Alta, incluida Naiara-Nájera. En el año 924, las tropas de Abd al Rahman destruyeron Iruñea, capital del reino vasco(n) en una de sus incursiones militares. Tras la muerte de Sancho Garcés I, en 931 su hijo García Sánchez se convirtió en el rey de los vasco(ne)s y trasladó su residencia y con ello la Corte navarra a Naiara, convirtiéndose desde ese momento en la capital del reino de Pamplona.

García Sánchez desarrolló desde la capital navarra una política inteligente y activa de repoblación de los nuevos territorios y favoreció con cuantiosas donaciones a los monasterios navarros existentes en esas tierras vasc(on)as. Destacan especialmente las donaciones realizadas al monasterio navarro de San Millán de la Cogolla.

Esta política se mantuvo durante los primeros años del reinado de su hijo, Sancho Garcés II, pero las campañas realizadas por Almanzor obligaron al rey vasco(n) a firmar capitulaciones y pagar los consiguientes tributos a Córdoba. Su hijo y heredero García Sánchez, conocido como el Temblón, también tuvo que pagar tributos al califa de Córdoba, tras firmar la paz en 996, logrando mantener así la capitalidad de Naiara y el sosiego en el Reino navarro.

Es con el señor de los vascones, Sancho III el Mayor, cuando Navarra reconquista la mayor parte de las tierras pertenecientes antiguamente a los vasco(ne)s. Este rey navarro da el gran impulso a la ciudad, otorgándole el fuero a la capital del reino, Naiara.

Al fuero de Naiara estaban sujetos hasta los señores y el mismísimo rey. Posteriormente este fuero sirvió de modelo para numerosas ciudades del Estado vasco(n). En las monedas acuñadas durante su reinado podemos leer la siguiente frase impresa: Imperator in Naiara.

Sancho III de Navarra creó en Naiara la primera ceca cristiana y, en su política de fomentar del Camino de Santiago, hizo que pasara por esta ciudad, capital de los navarros, buscando con ello su repoblación, con la llegada de los peregrinos y artistas europeos, que fomentaron el comercio y la industria. También promovió nuevos servicios, como el cambio de moneda, construcción de hospitales, alberges, puentes,…

Tras morir el señor de los vacones, su primogénito, García Sánchez III, hereda la totalidad del reino vasco(n), siendo especialmente clara la frontera con el condado de Castilla, tras el Tratado Fronterizo de 1016. Este rey navarro nació en Naiara y mandó construir el cenobio en honor a la Virgen de Santa Mª la Real, tras hacerse con un gran botín al reconquistar Calahorra y otras tierras en la Rioja Alta para los navarros, convirtiéndose así esta iglesia de Naiara en Sede Episcopal.

El de Nájera favoreció los escritorios del monasterio de San Millan y Albelda, al igual que el existente en Naiara. También creó la orden de caballería de la Jarra o de la Terraza, la primera de la que se tiene constancia en el reino de Navarra. Tras morir en Atapuerca defendiendo la frontera del Reino de Navarra contra la invasión militar de los castellanos, le sucedió su hijo, Sancho IV, que se encargó de culminar las obras del templo de Santa María la Real.

Durante el reinado de Sancho IV, concretamente en 1067, se celebró en el monasterio de Naiara el concilio con el cual se acordó la sustitución del rito mozárabe, utilizado hasta entonces, por el rito romano en las liturgias cristianas.

Sancho IV de Navarra fue asesinado en 1076 por sus hermanos en Peñalén. Fue un asesinato promovido desde Castilla. Alfonso VI de León y Castilla aprovechó este magnicidio para invadir las tierras navarras de la Rioja y ocupar militarmente la que entonces era la capital navarra.

Naiara nunca más volvería a ser capital, a pesar de ser recuperada por Alfonso I el Batallador para Navarra en el año 1110. El Batallador se reunió con Alfonso VII de León y Castilla en el valle de Támara, y firmaron un nuevo Tratado Fronterizo en 1127, devolviendo así la frontera entre Castilla y Navarra a su lugar natural, ya pactado con anterioridad en 1016. Tras la muerte de Alfonso I de Navarra sin descendencia, los castellanos aprovecharon para volver a invadir y ocupar militarmente Naiara, junto con otras ciudades, pueblos y tierras occidentales pertenecientes a Navarra.

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