Salvar San Juan de Gaztelugatx

‘Salvar al soldado Ryan’ es una magnífica película, con unas escenas de guerra inigualables, que cuenta las peripecias de un grupo de soldados para salvar al último hermano de una familia diezmada por la guerra. El santuario de San Juan Degollado, ubicado sobre el peñón de Gaztelugatx en el entorno del cabo Matxitxako, empieza a ser también uno de los últimos paisajes extraordinarios que nos quedan en nuestro país y que tenemos que salvar urgentemente. Es el momento de ir planteando políticas globales y acciones concretas que impidan su progresivo deterioro.

La era de Internet ha permitido la difusión de imágenes de cualquier lugar que se ven en todo el mundo y, algunos paisajes, como San Juan de Gaztelugatx, han adquirido un protagonismo increíble, multiplicándose en la red hasta el infinito: una web incluyó los 241 escalones del peñón (en origen eran 365) entre las doce escalinatas más impresionantes del mundo; varias empresas, desde telefonía móvil hasta restaurantes, así como instituciones oficiales, utilizan su imagen para promocionarse; una conocida serie de televisión, Juego de tronos, ha grabado varias escenas en los accesos y en lo alto del peñón, que se han empezado a emitir el pasado día 17 y que provocarán, sin lugar a dudas, una mayor avalancha de turistas ávidos de compartir los espacios en los que se ha rodado su serie favorita.

 

PROBLEMAS Y SOLUCIONES

Todo tiene una cara y una cruz, y el efecto aparentemente positivo de esta hiperexposición en las redes sociales y en los medios, es que atraen turistas. Pero el efecto negativo es el daño que ese turismo de masas descontrolado produce sobre los monumentos y los espacios naturales.

En el caso de San Juan, el lugar inhóspito en que se encuentra, las dificultades de los senderos de acceso, la estrechez de las escaleras que ascienden al peñón y la reducida plataforma superior donde se encuentra el santuario, limitan enormemente la recepción de visitantes y, a veces, la imprudencia de algunos de ellos o la inestabilidad del peñón los pone en verdadero peligro de muerte. Este problema es muy patente los fines de semana en verano y durante la Semana Santa, en los que se forman verdaderos embotellamientos de turistas, de todas las nacionalidades, en las escaleras de acceso y atascos muy importantes de coches y autobuses en el entorno.

La solución no pasa por hacer más y más desmontes de terreno para parking, y de meter más asfalto y más cemento, porque solo conseguimos deteriorar más, si cabe, este entorno privilegiado. Entre la dejadez de las autoridades civiles y religiosas y la avaricia sin límite de los que hacen negocio en este lugar, acabarán destruyéndolo todo.

Hasta ahora sólo se ha salvado gracias a los miembros de la Comisión que, a lo largo de los últimos años, han mantenido y cuidado con mucho cariño la iglesia, las escaleras de acceso al peñón y su entorno. Si a esto le añadimos el deterioro que ha sufrido estos últimos años el entorno del cabo Matxitxako, con la explotación del gas, los gasoductos, la destrucción del precioso lago de Pozo Illuna, los desmontes, los rellenos de escombros y otros materiales, las fumigaciones aéreas, etc, el panorama se presenta muy negro, a pesar de estar situado en un Biotopo Protegido gestionado por la Diputación y en el entorno de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai.

 

UNA PROPUESTA

Así que propongo la creación de una Fundación que lleve su nombre Gaztelugatxeko San Juan Fundazioa-Fundación San Juan de Gaztelugatx, dependiente de un Patronato que se responsabilice de la gestión del peñón y de su entorno, incluido el área de Matxitxako. Un patronato significativo y activo, con personas creativas y respetuosas con la realidad del santuario y de su entorno paisajístico, ecológico, cultural y religioso. Propondría que las tres instituciones más importantes y que más pueden aportar fueran la Diputación de Bizkaia, el Obispado de Bilbao y Costas. También deberían estar representados los ayuntamientos de Bermeo y Bakio, por supuesto la Comisión de Mantenimiento y algunos investigadores independientes que conozcan la historia, la etnografía y el ecosistema de San Juan de Gaztelugatx.

 

LAS LABORES A REALIZAR

Una primera medida consistiría en delimitar el área y tener autoridad sobre la misma. La Fundación debería de contratar entre media y una docena de jóvenes de la zona, con conocimiento de idiomas y de la idiosincrasia del territorio, a los que habría que preparar para servir de gestores, vigilantes y guías de San Juan y de su entorno. Como en otros entornos naturales que han precisado intervenciones para preservar su integridad, habría que plantear el uso de aparcamientos disuasorios, gestionados por la entidad desde los que partirían los microbuses que acercaran a los visitantes al entorno del peñón. Como en otros lugares, lo adecuado es cobrar el parking y los traslados a los turistas para poder sufragar los sueldos y los gastos que ocasionan. El superávit debería reinvertirse en el mantenimiento del monumento.

Gestionar e incluso limitar las actividades funerarias, bodas, promociones, publicidad, etc. prohibiendo todo lo que suponga modificación del entorno como colocación de placas fúnebres y similares. Todas las obras y actuaciones sobre el santuario y su entorno deberían ser respetuosas con su idiosincrasia e historia. Habría que dar un trato especial a los peregrinos que acuden, a lo largo del año, al santuario y preservar de la masa de turistas las grandes romerías, como san Juan y san Juan Degollado, respetando siempre el carácter sagrado y tradicional del santuario.

No podemos dejar que San Juan de Gaztelugatx se acabe convirtiendo en otro parque temático más, de los de usar y tirar (llegar, fotografiarse y marcharse).

San Juan de Gaztelugatx tiene que contribuir al desarrollo y al progreso de Bermeo y de los pueblos de la zona, con un uso sostenible de este entorno privilegiado que debe crear riqueza y valor añadido a sus habitantes.

El turismo tiene que ser un factor de desarrollo y no de degradación. Debe favorecer a toda la sociedad y no solamente a unos negocios estratégicamente situados. Si salvamos San Juan de Gaztelugatx y preservamos el entorno del cabo Matxitxako, impidiendo usos inadecuados y perjudiciales del territorio, recuperando los lagos destruidos y los paisajes con bosques con vegetación autóctona, podemos legar a las generaciones venideras una verdadera joya que, en este momento, está a punto del colapso.

* Profesor de la UPV/EHU y autor de la obra ‘Gaztelugatxeko San Juan’

DEIA