ELECCIONES 21-D

21D: un primer análisis por bloques y partidos. Y ‘bonus track’ de la AMB (Cornellà de Llobregat)

Francesc Abad

RACÓ CATALÀ

 

Las elecciones del 21D nos han dejado muchísimos datos que deberían motivar a una reflexión intensa sobre cuál es la situación del país, dónde estamos, cómo estamos, cómo crecer y cómo hacer realidad lo que ahora ya quiere una reiterada mayoría social.

El bloque independentista se ha mantenido estable: el 27S era el 47,8 y el 21D ha sido el 47,49, es decir, prácticamente idéntico porcentaje, en un escenario de participación superior.

Pero en cambio el bloque del NO, o del 155, o de 1939 como quien dice, sí ha incrementado en 4 puntos su porcentaje de apoyos, pasando del 39,11 al 43,49.

El incremento del bloque del NO en términos porcentuales sale de la pérdida de 4 puntos de los No alineados, que el 27S eran los Comunes y Unió, y ahora han sido sólo los Comunes.

Y sí, el bloque del Sí no llegamos al 50%, pero somos el mayoritario, con 4 puntos de ventaja sobre el bloque del NO. Por lo tanto es evidente que hay dos bloques muy fuertes, pero un bloque es más mayoritario que el otro, que es lo que cuenta en unas elecciones y para sacar adelante cualquier proyecto por la vía democrática. Votos.

Otro dato que no podemos ignorar es que los partidos que llevaban la independencia suman un 47,5% y los partidos que no la llevaban un 52%. Esto es un hecho.

Del mismo modo que tampoco nadie puede ignorar que los partidos que quieren decidir el futuro de Cataluña dando la palabra al pueblo, es decir, democráticamente, vía referéndum o lo que sea son el 55%, frente a quienes lo dejan todo en manos del 155, que son el 43%.

Estamos en un escenario complicado, muy complejo. Y muy poliédrico. Pero lo único que convierte este escenario en un conflicto es negar la democracia. Negar el derecho a decidir. Negar el voto que expresa una clara y reiterada mayoría social, negar los derechos a esta mayoría. Esto es lo que convierte un escenario complicado en un escenario de conflicto. Y de eso sólo hay un único responsable: el Estado español y los que niegan la democracia a la mayoría de catalanes.

Si se quiere resolver la situación democráticamente, todo tiene soluciones. Los ‘Indys’ quizás debemos reflexionar sobre algunas cosas. Pero esto sólo tiene sentido si es todo el mundo el que reflexiona. Quizás podemos hablar de las mayorías necesarias en referéndum y para la independencia, pero sólo si al mismo tiempo el unionismo reflexiona que siendo minoría no puede imponerse a la mayoría, que no puede negar la democracia, y menos aún, reprimirla como ha hecho.

He hecho un análisis por bloques, intentando detallar los datos que nos permiten analizar su evolución.

 

1. Bloque de los no alineados

El 27S en este bloque estaban ‘Cataluña Sí Que Se Puede’ y ‘Unió’. Compartían el ni Sí ni No, pero sí a un referéndum bilateral. El 21D este espacio sólo lo han ocupado los Comunes, dado que Unió ya no existe, no se ha presentado, y alguno de los que la lideraron se han presentado en las listas del PSC, alineado en el bloque del 155.

El conjunto de este bloque ha perdido 147.211 votos, dado que ha pasado de 470.906 a 323.695.

Unió tuvo 103.293 el 27S. A falta de análisis más detallados de trasvase de voto por secciones censales, lo que nos llevará un cierto tiempo, todo parece indicar que este voto mayoritariamente se ha desplazado al bloque del 155, tanto hacia el PSC como hacia C’s.

Los Comunes tuvieron, el 27S, 367.613 votos, y ahora han tenido 323.695, o sea 44 mil votos menos.

En mi opinión los Comunes han salvado mínimamente los muebles, aunque su inhibición en todo lo que está pasando en Cataluña les haya pasado una pequeña factura, en términos de votos y de escaños. Fijémonos en que todas las encuestas siempre reflejan que alrededor de un 30% de los votantes de los Comunes dicen siempre y de manera inequívoca que quieren la independencia. A la vista de los resultados no dudo que la quieran, pero no parecen dispuestos a hacer mucho para alcanzarla, dado que yo creo han seguido votando mayoritariamente a los Comunes. De no haberlo hecho, el agujero de la pérdida de votos habría sido muy superior, al menos el doble de los que han perdido.

Por lo que habíamos podido ver en las encuestas, a partir de la intención de voto cruzada con el recuento de voto, los votos perdidos por los Comunes seguramente han ido hacia PSC.

 

2. El bloque del No, del 155 o de 1939

Este bloque que forman Ciudadanos, PScOE y PP ha tenido una fuerte redistribución interna de su voto, pero si lo miramos como bloque, este 21D han ganado 296.332 apoyos, han tenido estos votos más de los que sumaron el 27S. Sin embargo, si, como todo apunta, han sido receptores de los votos de la antigua Unió, la ganancia neta es de 193.039 votos

El bloque del No ha crecido más que el bloque del Sí. Por cada voto de más ‘indy’ que hemos tenido, el bloque del 155 ha tenido 2.

Ciudadanos ha sido el gran “beneficiario” de este crecimiento. Tal y como apuntaban las encuestas, ha mantenido una altísima fidelidad de voto y ha fagocitado espectacularmente a los votantes del PP. Ha tenido 365.735 votos más de los que tuvo el 27S. Poca broma. De estos, unos 150 mil le han llegado de antiguos votantes del PP. El resto, pensamos, o parcialmente de antiguos votantes de Unió o directamente de la abstención, del incremento de voto de este 21D.

Y ha pasado algo que considerábamos difícil pasara con la intensidad que lo ha hecho: a pesar del alineamiento del PScOE con el 155, y lo que pronosticaban todas las encuestas, C’s han conseguido taponar por completo aquella fuga de votos hacia el PSC que detectábamos. Pues nada, blindados. No han perdido ningún voto y han ganado muchos: del PP, de la abstención, de Unió y del PScOE.

En términos políticos y de país es duro de digerir este millón cien mil votos que ha tenido Ciudadanos, porque son votos que aplauden la terrible, terrorífica, campaña del odio que ha impulsado C’s. Son conciudadanos nuestros que lo que están diciendo con su voto es que quieren aniquilar la autonomía de Cataluña, combatir la lengua y la cultura catalanas y hacer saltar por los aires la convivencia cívica y social que ha promovido el modelo de escuela catalana.

Tienen todo el derecho del mundo a tener estas ideas y a defenderlas. Pero es duro ver que más de un millón de nuestros vecinos nos quieren muertos, encarcelados, golpeados, prohibidos, exiliados. Es durillo… Lo que no tienen ningún derecho es a no aceptar unos resultados electorales. El Presidente Puigdemont lo dijo muy claro: nosotros aceptaremos el resultado sea cual sea. Pero todo este grupo, no. Y eso es lo que es democráticamente inaceptable.

A este millón cien mil de Ciudadanos tenemos que añadir los 184.108 que han votado PP. El ‘lumbreras’ de Albiol ha perdido la ‘friolera’ de 149.089 votos en relación al 27S. Casi la mitad. Y esto, tal y como ya habíamos asegurado pasaría, les ha enviado, con sus 4 tristes diputados, al grupo mixto. Y de qué poco que no quedan extraparlamentarios. Tiene tela que el partido que gobierna en el Estado español ya casi haya desaparecido en Cataluña.

Finalmente el PScOE. A pesar de su apoyo incondicional al 155 y la represión y los “fichajes” estrella de antiguos líderes de Unió y de fiscales que habían perseguido a los grupos de apoyo a la normalización del catalán, no ha salido de esta posición de intrascendencia en la que se situó ya el 27S. Ha ganado 79.686 votos, algunos de los cuales pueden haber venido de la extinta Unió, pero esto sólo les ha permitido pasar de 16 a 17 diputados. Sin embargo, supongo que en “casa” de Iceta deben estar contentos porque esto les permite seguir “vivos”, han evitado convertirse en unos zombies como los del PP. Es posible, eso sí, que de aquella zona de promiscuidad que tenían con los Comunes, hayan podido sacar algún beneficio en forma de pequeño trasvase de votantes.

 

3. El bloque independentista

Como ya he dicho, seguimos en el 47%, a pesar de haber crecido casi cien mil votos en relación al 27S. El crecimiento unionista ha sido superior, por eso ellos crecen en % y nosotros sólo nos mantenemos.

Pero para desesperación del ‘establishment’ y del bloque del 155, el bloque independentista ha conservado, blindado, sus apoyos. Y eso nos ha permitido seguir siendo mayoría. El bloque del 155 confiaba en que la represión atroz con la que ha reprimido las aspiraciones de la mayoría de catalanes, la democracia en Cataluña, asustaría a los sectores más moderados que hasta ahora lo habían apoyado. Pero no. Que la represión “retroalimenta” a los sectores más “revolucionarios” ya lo sabíamos. Pero creo que estamos ante un caso excepcional en el mundo en el que el grueso de las clases medias, más centristas o conservadoras políticamente, no sólo no se asustan ni retroceden, sino que mantienen íntegramente su compromiso, movilización y voto. Felicitémonos que así sea, porque es la clave de nuestra mayoría social.

A diferencia del bloque del 155, el bloque ‘indy’ se presentaba éste el 21D con muchas novedades, dado que la fuerza que ganó las elecciones el 27S, Juntos por el Sí, ahora no se ha reeditado, y el espacio que ocupó ahora se lo han repartido entre una nueva fuerza política, Juntos por Cataluña, y ERC. La CUP es la tercera propuesta política que se sitúa en este espacio del Sí a la independencia.

La fuerza con más apoyos ha sido Juntos por Cataluña, una propuesta que se articuló sólo unos días antes de las elecciones y que ha sido liderada por el Presidente legítimo de Cataluña, ahora en el exilio, Carles Puigdemont. Ha ganado en votos y en escaños. Es un nuevo actor en la escena política catalana que puede tener un recorrido muy interesante.

Es evidente que JxCat no es el Pdcat. Es otra cosa muy, muy diferente, en la que está el Pdecat. Como está Alternativa Verde, si me lo permiten. Y es evidente que el gran activo político de la propuesta ha sido y es el Presidente Carles Puigdemont. Pero lo que se ha configurado como Juntos x CAT ha roto totalmente las costuras de la antigua convergencia y del producto que surgió de su proceso de refundación, que fue el Pdecat. Ha logrado una transversalidad espectacular, rompiendo todo tipo de moldes y clichés. No sólo se ha creado de cero, es que también se ha organizado y ha funcionado prácticamente desde cero. Ha conseguido penetrar en sectores sociales muy diferentes. Y ha conseguido atraer e implicar mucho y mucho talento. Candidatos y equipo de campaña se han configurado desde este prisma de la atracción transversal de talento, y todo se ha articulado desde una dinámica de trabajo muy moderna y eficaz. Innovadora.

En mi opinión esto puede situar a Juntos por Cataluña en en un escenario fundacional a medio camino del “En Marche” de Macron en Francia y del SNP en Escocia.

Veremos, porque las semanas y meses que nos tocarán vivir volverán a ser taquicárdicos, y puede pasar de todo.

Esquerra se había planteado estas elecciones como su “asalto” a la hegemonía política en el bloque soberanista. ERC tenía un objetivo, que era ser la primera fuerza política del independentismo, y la determinación de alcanzarlo a cualquier precio.

Hubo un punto, en esta campaña vivida, que todo el mundo se quedó horrorizado al ver hasta qué punto para ERC el ‘fin’ (ser hegemónicos) justificaba ‘los medios’.

 

Podía hacerlo por dos grandes motivos

– Todas las encuestas les daban ganadores, y a mucha distancia del resto. Tenían por segura su victoria.

– No les importaba practicar política de tierra quemada, porque se sabían los únicos con capacidad de jugar a varias bandas. Está clarísimo que Juntos por Cataluña sólo tiene un único aliado posible, que es ERC. Pero ERC durante toda la campaña ha flirteado con, si los resultados lo permitían, intentar una especie de nuevo tripartito, al amparo de “impulsar la agenda social”, como dijeron tanto Marta Rovira como Joan Tardà durante la campaña. Sabían que por más desgaste, crispación, tierra quemada que pudiera implicar cargarse al Presidente, llegados el momento a JxCat no les quedaría más remedio que “pasar por el aro”.

La suma de votos de JuntosxCat y ERC ha superado los votos obtenidos por Juntos por el Sí. Se ha pasado de 1.628.714 votos el 27S a 1.870.009 votos este 21D, es decir, 241 mil votos más. Poca broma.

Pero es que la CUP ha perdido 144.442, pasando de 337.794 votos el 27S a los 193.352 de este 21D.

Puesto en relación lo que gana la suma JxCAT y ERC en relación a JxSí y lo que pierde la CUP, el balance final de nuestro bloque es de unos nuevos 100.000 apoyos. Sí, hemos crecido, y en unas circunstancias inimaginables, dantescas, pero este crecimiento únicamente nos ha permitido mantener el % ‘indy’, mientras el No crecía 4 puntos y por tanto salía beneficiado del incremento de participación que ha habido.

Tengo que reconocer que con la CUP me he equivocado mucho en la proyección de resultados que les daba a partir de las diferentes encuestas. Siempre había dicho que se quedarían más o menos como estaban, que podían perder alguno pero también sumar alguno, horquilla 8-12.

Y no, el batacazo ha sido importante. A la vista de los diferentes datos que ahora mismo tenemos estoy convencido de que el voto que ha perdido la CUP es voto que había tenido el 27S proveniente de votantes de ERC de 2012 que, por encima de todo, lo que son es ‘haters’ (1) de convergencia, y que prefirieron votar CUP que la propuesta de Juntos por el Sí. Este perfil después del 27S ya lo habíamos detectado, y entonces lo valoramos alrededor de unos cien mil votantes, que ahora pueden haber vuelto a ERC. Los otros 44.000 votos perdidos por la CUP se han distribuido, por otros motivos, entre Juntos x Cat y ERC.

Así las cosas, en el bloque soberanista la pregunta que mucha gente todavía se hace es si haber concurrido con listas separadas, sin lista unitaria, ha sido un buen negocio o no.

Ya he visto algunos de los grandes apologetas de las listas separadas y del ‘haterismo’, atribuyendo a las listas separadas este incremento de 96 mil votos. Y eso es una chorrada.

El 27S vimos que el incremento de participación no es monolítico, no todo va a un bloque. El 27S hubo más voto ‘indy’ que nunca, porque también recogimos nuevo voto. Y este 21D igual, aunque como ya hemos visto este incremento de cien mil votos sólo nos ha permitido mantener el %, mientras que el incremento de voto nuevo al unionismo les ha permitido crecer 4 puntos porcentuales.

De todo ello lo que me preocupa es la posibilidad de que en ERC este ‘haterismo’ sea el que guía la toma de decisiones.

¿Por qué digo esto? Todos vimos que desde ERC se rechazaba la lista unitaria con el argumento de que con listas separadas cada uno podría hacer su campaña e ir a competir mejor para este tipo de Atlántida de yacimiento de votos hacia la independencia situados en otros espacios políticos a los que sólo se puede llegar desde listas separadas. Y esto no ha sido, ni de lejos, así (ver apartado ‘bonus track’ con análisis de Cornellà de Llobregat)

Todos hemos visto, con estupefacción, que prácticamente toda la campaña de ERC ha sido “no voten a JuntosxCat, no voten a Puigdemont, vótennos a nosotros, voten a ERC”. Es decir, que listas separadas para acabar haciendo partidismo disputando el voto de los de siempre, los ya convencidos, de los que habían votado Juntos por el Sí el 27S.

¡Estaba cantado que pasaría!

En cambio lo que ni nos podíamos imaginar que acabara pasando es este juego sucio al que hemos asistido en el tramo final de campaña, haciendo circular datos manipulados, diciendo que C’s ganaba y que sólo ERC podía impedirlo, y que había que dar el voto útil a ERC para impedir que ganara C’s. Era muy fuerte, porque las encuestas y ‘trackings’ de verdad, serios, a los que algunos teníamos acceso, nos indicaban justo lo contrario, que los únicos que crecían en intención de voto y que lo podían impedir era Juntos por Cataluña. Y ahora, resultados en mano, hemos visto cómo esto puede haber afectado negativamente a los resultados del bloque, porque para restos, JxCat y CUP han estado más cerca de llevarse escaños de Ciudadanos que ERC. Nunca sabremos el impacto del juego sucio de las llamadas al voto útil a ERC. Pero no es ninguna quimera pensar que sin este juego sucio C’s estaria con 35, Juntos per Cataluña con 36 y la CUP amb 5.

En fin.

El bloque independentista tiene por delante unos retos descomunales. Tenemos un presidente en el exilio, acompañado de 4 consejeros, el VP en prisión, con un consejero, y otro diputado electo, Jordi Sanchez, también en prisión, junto con el otro líder de la sociedad civil, Jordi Cuixart. Gestionar eso es lo prioritario.

Después deberíamos ver cómo enfocamos la estrategia para hacer realidad la independencia con los datos que tenemos, que no podemos ignorar, y que nos dibujan un escenario complejo, no nos engañemos.

Tenemos mayoría social, electoral y parlamentaria. Seguimos creciendo. Pero tenemos que seguir haciéndolo. Hemos pasado dos años en una espiral interna por las mayorías parlamentarias entre JxSí y CUP que nos han bloqueado e impedido “hacer independentismo”. Hay que recuperar la dinámica de “hacer independentistas”.

 

Bonus Track

Perdonen la longitud del artículo, de hecho son muchos artículos en uno. Y un análisis mínimamente detallado obligaba a pasar por analizar qué ha pasado en cada bloque.

Estos días he visto también sacar “demasiadas” conclusiones de lo que sin duda han sido un buenos resultados de ERC, como partido, a nivel de área metropolitana.

Si me permiten este ‘bonus track’, les doy los datos de donde yo me crié, Cornellà de Llobregat (2), y donde todavía mantengo mi compromiso militante en la asamblea local de la ANC.

Me ha parecido muy interesante compartir esta tabla porque podemos explicar muchas cosas.

 

1- En estos datos se puede ver claramente lo que decía más arriba que el incremento de la participación se distribuye entre los bloques, con mayor o menor intensidad en las diferentes zonas. Del 2010 al 2017 en Cornellà ha habido un incremento de participación del 24,36%. Si, como dicen los apologetas de la mayoría silenciosa y voto oculto, la abstención hubiera sido unionista, todo este incremento la hubiera recibido el bloque unionista.

Y Cornellà, que es ciudad emblemática del  desarrollismo franquista, y que creció con la emigración de los 60 y 70, entre la que está la de mis padres, que llegaron en 1970, el unionismo ha crecido un 9,77%, pero el independentismo también, un 2,7% (mirado desde 2012, no desde la CIU 2010 no ‘indy’).

 

2. La polarización del proceso ha llevado al unionismo a su mejor resultado. Un 63,35% de los votos. Tela. Para mí esto es una evidencia de las cosas que no hemos hecho bien. Y en el Área Matropolitana de Barcelona (AMB) no hemos sabido explicar bien la independencia. Ni hemos sabido explicar bien que en ningún caso es un proyecto identitario. Ni hemos sabido explicar bien -o llegar bien- que la independencia a quien más beneficiará será a las clases populares. Tenemos mucho trabajo por hacer. Pero hay que hacerlo con inteligencia.

 

3. Amigos de ERC, felicidades por sus buenos resultados en Cornellà y AMB, que lo son. Pero por favor, cenas de a duro (3), no. Basta de estos discursitos que ERC ha conseguido meter no sé dónde, que las listas separadas han permitido llegar no sé a quién.

Todo esto es falso. ¡Ojalá fuera cierto! Pero no lo es. No hemos llegado, ni ERC ni nadie, a nadie más que a los convencidos y a su entorno. El resultado de ERC se explica por la redistribución del voto ‘indy’. Y es bastante. Insisto, ojalá hubiera más. Pero no.

El 27S Juntos por el Sí obtuvo el 16,3% de los votos y la CUP el 5,79. Este 21D ERC ha capitalizado bien en la AMB el “voto útil” y el retorno del voto ‘hater’ que tenía en 2012 y que el 27S fue a la CUP. ERC ha tenido un 14,53% y la CUP un 2,94%.

No es el resultado de ninguna brillante estrategia para atraer votantes. Es el resultado de la redistribución interna en el bloque ‘indy’.

 

4. La evidencia de que una de las cosas que hizo crecer la CUP el 27S fue el voto ‘hater’ de ERC. En 2012 la CUP tuvo el 2,3% de los votos. El voto ‘hater’ proveniente de ERC que no quiso votar Juntos por el Sí los proyectó, en Cornellà, a 5,79. Ahora este voto ‘hater’ ha vuelto a ERC y la CUP se ha quedado en el 2,94%.

En términos de país, ni ganamos ni perdemos, sólo se redistribuyen. Basta de discursitos, por favor. Basta de tonterías partidistas. Tenemos demasiado trabajo por hacer como para andar con estos partidismos.

 

5. En 2010 CiU obtuvo el 21,82% de los votos. Fue la segunda fuerza más votada, detrás del PSC. En 2010 CiU no era independentista. Recogía voto catalanista y de clases medias, de orden, voto de gente que pensaba en ellos como gestores, centrista.

El gran éxito de este proceso es que en la mayoría de sitios de Cataluña la CiU no ‘indy’ del 2010 conservó con una propuesta ya muy alineada con la ‘indy’ (aunque todavía no al 100%), buena parte de este segmento social. Pero en áreas como la AMB es donde el “sacrificio” de la antigua CiU fue mayor, ya que perdió todo el voto moderado no ‘indy’. Del 2010 al 2012, 10 puntos. Por suerte, en el resto del país, sin un componente social tan extremo en cuanto origen como es Cornellà, se ha conservado la mayoría de este voto moderado.

El objetivo del 155 era que este voto abandonara el voto ‘indy’. Y el éxito ha sido conservarlo. Hay que asumir como objetivo de TODOS que esto hay que cuidarlo. No podemos estirar el proceso hacia radicalismos sociales que pongan en peligro el voto moderado que apoya la independencia.

 

En fin, espero que todos estos datos, más los muchas que estamos trabajando y esperamos poder compartir, sirvan para enfocar este momento de la mejor manera posible

(1) Hater: https://www.significados.com/haters/

(2) Para los datos concretos de Cornellà de Llobregat se puede ver el originalde este artículo en Racó Català: https://www.racocatala.cat/opinio/article/43474/21d-primera-analisi-blocs-partits-bonus-track-lamb-cornella-llobregat

(3) “Cenas de a duro”: cosas muy difíciles, casi imposibles.

 

 

Independentismo metropolitano

Jose Rodriguez – Experto en comunicación en redes

EL PUNT-AVUI

Cuando miramos el grano grueso de las elecciones del 21-D nos quedamos sólo con la foto que tanto gusta a la gente de Ciudadanos, PP y PSC. Hay “una Cataluña metropolitana” en torno al primer cinturón de Barcelona y de Tarragona que vota de una manera y una Cataluña interior que vota de otra. Pero esta es una lectura totalmente sesgada. Los sociólogos no miramos sólo la foto fija, sino las tendencias. Y en estas elecciones hemos visto una subida del voto, en números absolutos y en porcentaje, en toda el área metropolitana, especialmente en aquellos lugares más complicados para el independentismo.

Donde más ha subido el voto independentista ha sido en pueblos del Baix Llobregat, Vallès, en los antiguos feudos del PSC de la ciudad de Barcelona o en el Hospitalet. Mientras el voto independentista parece congelado en las zonas tradicionales del voto convergente o incluso ha bajado en Sant Cugat del Vallès, Sarrià, las Corts o el Eixample. Cataluña es más compleja de lo que creemos, y también el independentismo y el unionismo sociológico lo son. La idea de clases trabajadoras de barrios periféricos como votantes unionistas y clases medias del interior como votantes independentistas es una foto totalmente distorsionada.

El voto independentista se ha hecho más metropolitano y tiene mucho que ver con tres elementos. El primero es que el independentismo se vuelve más transversal por ósmosis, los grupos sociológicos son ficciones que hacemos los científicos sociales para poder describir la realidad, pero las personas son los actores sociales básicos y las interacciones individuales y los hechos sociales (como el 1 de octubre y su represión) hacen que los individuos cambien las preferencias.

Los otros dos motivos es que se han hecho dos cosas bien en el bando independentista. Por fin ha encontrado qué relato de “frontera” hay que hacer. Se han abandonado los “clichés”, el paternalismo de hacer independentismo “en castellano” de forma artificial y se ha entendido que el voto de frontera independentista es una amalgama social de personas que no quieren ser tratados como un grupo especial aparte con una lengua segregada de la catalana. Los nuevos independentistas, y los que se pueden hacer, se parecen mucho más a quien ahora les escribe, que tiene el castellano como lengua propia y de uso habitual pero se siente cómodo haciendo artículos en catalán.

También es un mérito de ERC ser un partido percibido en el área metropolitana como alternativa. ERC es la primera fuerza de izquierdas del país y la segunda fuerza en las zonas metropolitanas. Esta percepción le hace sentirse más cercana y poco a poco está haciendo la sustitución del PSC como partido metropolitano de izquierdas.

Tenemos una buena estrategia en el frente metropolitano y del imaginario político y simbólico de frontera. Y esto hace que hoy la foto que tanto gusta a los de Ciudadanos y al PSC de “la Cataluña real” sea mucho más compleja.