El Dios que no necesita Stephen W. Hawking

En el principio existía la materia-energía y ésta era el gran designio y ésta era Dios. La materia-energía no es eterna porque antes del tiempo, no existía el tiempo. Todo lo que ha llegado a ser, estaba en el principio. Todo lo que ha llegado a ser vida, estaba en el principio. Todo lo que ha llegado a tener conciencia estaba en el principio. Todo lo que ha llegado a ser persona estaba en el principio. Y antes del principio no había nada, porque no existía el tiempo. Pero con el principio se concienció la materia, la vida, el hombre, Dios y el nacimiento del tiempo.

Dios no sólo está relacionado con la religión y con la ciencia sino con la conciencia y la historia del hombre. La conciencia de un Dios personal interviene en los acontecimientos naturales desde el principio, aunque no hubiera conciencia humana de ese Dios sino en el tiempo. Y esa conciencia de un Dios personal es testigo del bien y del mal hechos, con y sin conciencia del hombre.

Como dice Hawking en su «The Grand Design», Dios no creó el universo. Dios no es un ser previo y antecedente a la creación ni se confunde con la materia-energía del comienzo del tiempo. Para comprender la realidad del mundo es necesaria la comprensión de la materia-energía, de la vida, de la conciencia y de Dios. Dios no es el creador del gran designio sino que es el gran designio. El objetivo de la ciencia es comprender la realidad pero con ayuda de la materia, de la conciencia, de Dios. La necesidad de Dios en ciencia no es hipótesis sino una tesis, como lo es la materia-energía, como lo es la conciencia. Como dice Jorge Wagensberg, el científico lo mismo que el creyente siempre pueden afirmar que Dios creó las leyes de la naturaleza para que el Gran Designio se desenroscara por sí solo, que Dios es él mismo, el conjunto de las leyes fundamentales, o que Dios es directamente la mismísima Teoría del Todo. En el principio existía la materia y la materia era Dios. Y todo lo que se hace en el mundo científico no está ajeno al mismo Dios: el trasplante de órganos, la investigación sobre las células madre, la enseñanza de la teoría de la evolución. Nada investiga la ciencia al margen de la fe en Dios.

Stephen W. Hawking afirma que no hace falta Dios para explicar el universo, pero del mismo modo habría que completarle que para explicar el universo es necesaria la inteligencia y la conciencia que estaban desde el principio del tiempo, lo mismo que Dios. Y continúa «no es necesario invocar a Dios para que encienda la luz y eche a andar el universo», porque no hay ni puede haber una dualidad temporal entre Dios y la materia, ya que conocemos un universo sin frontera en el espacio, sin principio ni final en el tiempo y en el que la alteridad de un creador no tiene nada que hacer. Hawking no dice que Dios no exista, sino que para explicar el nacimiento del universo no necesitamos de un acto creador de un dios previo al tiempo. La energía que comenzó a expandirse y a crearse tras un Big Bang hace 13.700 millones de años llevaba dentro el motor de su proceso, sin necesidad de un Dios externo creador. Si la materia primordial ha esbozado en el tiempo la vida, el conocimiento y la conciencia lo debe a que en sí misma tenía el desencadenante de estos frutos. Pero ni la inteligencia, ni la conciencia, ni Dios quedan identificadas con toda la materia.

¿Cómo se desencadenó este Bing Bang a partir de la nada o de la materia eterna? El Big Bang no demuestra ni refuta la existencia de Dios. Porque Dios estaba en el gran designio y es el razonamiento y la explicación temporal de lo acaecido en el tiempo.

Según Francis Collins, director del Instituto Nacional de Investigación en el Genoma Humano estadounidense, nos hace falta Dios no para explicar el Big Bang sino para comprender la conciencia y el ser humano. Dios no ha muerto como dijo Nietzsche sino que Dios es la forma más racional de explicación del Big Bang, de la ciencia y la conciencia humanas.

La religión puede solicitar el creer en un Dios al que uno reza, pero la respuesta laica vendrá únicamente del Dios encarnado en una materia desde antes del tiempo. «In principio erat Verbum, et Verbum erat apud Deum, et Deus erat Verbum». La ciencia no se explica sin la inteligencia y conciencia humanas, y éstas en su nivel más profundo sin Dios.

 

Publicado por Diario de Noticias-k argitaratua