Hemeroteca: Sentencia Egunkaria

Gómez Bermúdez tritura el «sumario Egunkaria»

Ramón Zallo

Deia

El 12 de abril de 2010 ha sido un día grande para el euskera, la libertad de prensa, la prensa vasca y el honor y vidas de los cinco encausados de Egunkaria. El juez Gómez Bermúdez ha empezado a hacer justicia a Egunkaria y a sus directivos, con una sentencia impecable que ha deslegitimado tanto el sumario incoado por el juez instructor Del Olmo como las pretensiones de los denunciantes Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) y Dignidad y Justicia (DJ) y de los informes de la Guardia Civil. Éstos han carecido de valor pericial y sólo contienen «meras inferencias».

Según la sentencia -y cito entrecomilladas expresiones de la misma- no hubo recursos económicos de «procedencia ilícita», ni «desvío de fondos», ni los procesados estaban «vinculados» a ETA. O sea, nada que no supiéramos todos menos la derechona que lo aventó para cerrar un periódico en euskera. Además, la medida cautelar de cierre «es de difícil encaje en nuestro ordenamiento jurídico»; y afectaba a los «lectores en euskera que sólo contaban con esa publicación diaria, lo que hace más intensa su valoración desde la perspectiva del pluralismo», además de sacrificar la «libertad de prensa».

Toda la acusación era incoherente pues no se imputaban «conductas ilícitas que pueden ser realizadas» desde las páginas de un medio de comunicación. Los indicios claros y las pruebas se sustituyeron por la «mera especulación»; y la «estrecha y errónea visión según la cual todo lo que tenga que ver con el euskera y la cultura en esa lengua tiene que estar fomentado y/controlado por ETA», sólo puede llevar «a la inconsistencia de la imputación». Las acusaciones (siguiendo la lógica del propio instructor y de la Guardia Civil ) «han invertido el proceso inductivo. Primero se ha decidido cuál es la conclusión (..) y desde ahí se rechazaba todo aquello «que no apoye la conclusión».

En otras palabras, se instruyó desde prejuicios derivados de un ámbito extrajudicial, prejuzgando a personas y a una entidad desde la presunción de culpabilidad y, a través de ella, a una cultura y a un país.

El cierre de Euskaldunon Egunkaria y el sumario abierto contra Egunkaria Sortzen S.L. en 2003 ha sido un sumario absurdo de arriba abajo. Tratándose de una iniciativa judicial, 13 años después de ocurridos los presuntos hechos (1990), tratándose de un medio sin una difusión significativa generadora de alarma social, ni existiendo la urgencia de un delito flagrante, lo sensato, en caso de sospechas fundadas, hubiera sido reunir pruebas reales para un enjuiciamiento de las personas imputadas, y ayer absueltas. Sólo en caso de evidencias de delito continuado desde el propio medio hubiera sido razonable un cierre cautelar para un par de días y no un cierre para siete años de dolor y ruina. Si además el juez instructor no era competente para decidir el cierre -una decisión inconstitucional- Del Olmo ha rozado la prevaricación.

Profesionales, empresa en donde trabajaban y periódico son ámbitos distintos. Un medio de comunicación es un bien colectivo, con sus lectores incluidos. Cerrar un medio afectando a los profesionales que se quedan sin trabajo y a los lectores sin referente, por un «presunto» delito de unas personas que pasaron a ser imputadas por unas acusaciones de fantasía es de juzgado de guardia. (Perdón, ¡mejor no!).

El ridículo que ha hecho el sistema judicial ha sido de antología al no aplicar la doctrina Botín. El resultado es que ha dejado la justicia en manos particulares con intereses políticos e ideológicos sectarios, sin hablar de la indignidad que cometen AVT y DJ utilizando sus cuantiosas subvenciones para procesos políticos.

No formaba parte de la lógica que Egunkaria Sortzen y Euskaldunon Egunkaria pudieran caer en manos de ETA. Por una parte, no hay ningún texto a favor de ETA en los 14 años que duró el diario y sin embargo la criticó en bastantes ocasiones. Por otra parte, tampoco hay papel alguno de ETA que sostenga ese control a pesar de los miles de documentos incautados y de los centenares de detenciones realizadas estos años.

Si el Consejo de Administración lo formaron personas sin vinculación con ETA y sin que -y cito el sumario de Del Olmo- «el periódico fuera identificado con ETA» habrá que explicar entonces su función: para qué una supuesta toma de control. Recuérdese que el Gobierno vasco siempre tuvo en oferta su presencia en el Consejo de Administración, incluso antes de iniciarse las subvenciones. No la aceptó al principio, en 1991. Posteriormente se sentó de grado.

A sensu contrario, no se entendería que siendo Egunkaria, según el sumario de Del Olmo, «una estructura informativa en eusquera (sic) controlada por la organización terrorista ETA para facilitar el amparo y difusión del ideario terrorista», ETA, en la época de saneadas finanzas, permitiera que entre 1991 y 1993 pasara por los apuros económicos conocidos. Es más razonable pensar que el Consejo de Administración nunca le dejó intervenir a ETA ni siquiera en la época de más penuria. Los promotores se volcaron con un máximo esfuerzo por obtener subvenciones y no en solicitar fondos a ETA. Se sabe por sus papeles que esa cuestión no agradó nada a ETA, temiendo la subordinación de Egunkaria al Gobierno vasco, lo que viene a corroborar la independencia de Egunkaria. Tampoco se entendería que a partir de 1994 (recepción de subvenciones del Gobierno vasco) con un diario más o menos saneado en sus finanzas, tuviera la tentación de caer en manos de ningún «entramado» de ETA.

La aplicación de la lógica bushiana de justicia política preventiva y vengativa, con clausura -en una fase de instrucción, sin sentencia ni pruebas- del único diario en una lengua minoritaria, y el mantenimiento artificial del proceso contra cinco procesados que, además de la estancia en la cárcel y comisaría, han tenido que sufrir una pena moral, económica y social con cuentas y documentación embargadas -Martín Ugalde falleció embargado- y peticiones descomunales, es probablemente el mayor escándalo reciente del sistema de la justicia española. Gómez Bermúdez viene a restablecer un elemental principio de Justicia… hasta el próximo roto.

Con ser gratificante la sentencia, ahora faltan que se sobresea el juicio económico contra Egunkaria; se les repare económicamente a las víctimas de este largo atropello; y se indemnice a Egunkaria Sortzen S.L. del quebranto económico sufrido, así como a sus trabajadores que quedaron sin empleo. También queda pendiente -ya que las torturas y malos tratos se las llevarán para siempre los absueltos en su memoria humillada- que atendiendo a la inexistencia en este caso, como dice Gómez Bermúdez, de «un control judicial suficiente y eficiente de las condiciones de la incomunicación» la justicia tenga respuesta, de una vez por todas, a ese agujero negro del sistema policial y judicial que es la incomunicación sin garantías.

Perito de la defensa

 

Entrevista a Martxelo Otamendi

Avui

Otamendi: «Tienen que pedir perdón a mucha gente, en este país»

El exdirector del diario Egunkaria, cerrado ilegalmente en el año 2003, analiza en una entrevista con AVUI la sentencia que le absuelve a él y a cuatro directivos más del rotativo de pertenencia a ETA

Lluís Bou

Barcelona Ult. Act. 13/04/2010 01:59

 

Martxelo Otamendi era el director del diario en euskera Egunkaria cuando fue clausurado el año 2003 por orden del juez Juan del Olmo, que embargó los bienes del rotativo. Otamendi fue detenido como consecuencia de este proceso a la vez que otros directivos de su diario, entre una gran polémica. Actualmente está al frente del diario Berria. En esta entrevista analiza la absolución decretada ayer, así como la actuación del gobierno del PSOE, del ejecutivo socialista vasco y qué trascendencia tiene la sentencia en la política del País Vasco.

Enhorabuena, señor Otamendi…

Muchas gracias. Gracias también al diario AVUI, que siempre nos ha apoyado. En el año 2003 cuando pasó todo esto recibimos un apoyo importante de los medios de comunicación catalanes y el AVUI  estuvo al frente.

¿Esperaba esta sentencia absolutoria?

Nosotros sí que la esperábamos. Nosotros nos conocemos obviamente a nosotros mismos y sabemos perfectamente que no éramos de ETA. También lo reconoce todo el mundo que nos ha conocido y la gente que nos ha tratado durante estos años. Las cosas se complicaron pero al final han salido bien. Y, como dice la sentencia, no hay nada que pruebe nuestra pertenencia a ETA o que constate que hubiéramos colocado al diario al servicio de ETA. Nada de nada.

Después de la absolución, ¿el Estado tendría que reparar el daño que les causaron al prohibir Egunkaria y pedir perdón?

Tendría que pedir perdón y tendría que hacer una reparación a los procesados, porque a nosotros la acusación del Estado nos ha complicado mucho la vida: la situación profesional, la situación personal… Y el Estado también tendría que pedir perdón a los accionistas y a los lectores del diario Egunkaria, así como a lo que nosotros denominamos el mundo Egunkaria. Porque este rotativo era más que un diario, era el único diario que  había en euskera. Era un poco como el catalán AVUI o como el catalán El Punt. Fue un proyecto que costó mucho hacer y en el cual mucha gente puso su entusiasmo. El hecho que lo cerraran como lo hicieron quiere decir que ahora tienen que pedir perdón a mucha gente, en este país.

Aparte  debe de existir el perjuicio empresarial…

Efectivamente, después está el perjuicio económico a la empresa en si misma. En el diario teníamos 50 trabajadores, y 1.500 accionistas. Pero nosotros estamos centrados en estos momentos en obtener la absolución definitiva. Nos hace falta ahora que quede ratificada, en el caso previsible de que ahora alguien presente algún recurso al Tribunal Supremo.

Seguramente la parte perdedora lo interpondrá.

¿A cuánto sube la pérdida económica que les supuso el cierre de Egunkaria?

No hemos hecho el cálculo todavía, porque estamos en esta fase de solicitud de absolución. De momento no abriremos esta vía. Cuando la absolución sea irrevocable, hablaremos de reparaciones personales, de contraprestaciones colectivas con el mundo del euskera, y de las cuestiones económicas del diario. Pero hoy no toca, como se dice en Cataluña.

¿Alguien del gobierno del PSOE se ha dirigido a ustedes a raíz de la absolución? ¿Qué les dicen?

No, no, es claro que no. Nadie. Es un deporte que ellos no practican… No lo han hecho durante siete años, y no creo que lo hagan ahora. Me extrañaría mucho.

¿Y del gobierno socialista vasco?

Tengo muchísimas llamadas y no puedo verificarlo de cierto. Conmigo no han hablado, esto es seguro, pero es posible que estén en la cola de llamadas, o que alguno de los compañeros absueltos haya recibido algún telefonazo.

¿Qué significa esta sentencia absolutòria en la escena política vasca? ¿Qué impacto tiene una decisión de esta importancia?

Yo creo que será importante para los ánimos de mucha gente que estaba preocupada por lo que pasara con Egunkaria y por nuestra situación personal. Esto era importante para mucha gente de este país que cree en la libertad de expresión, que cree en los derechos humanos, que cree en la lucha contra la tortura y en las cuestiones más elementales de la democracia. Yo creo que será una alegría para mucha gente. Pero no me atrevería a ir más lejos de esta afirmación. No creo que  haya, ni  vaya a haber, una relación de causa-efecto entre la sentencia sobre Egunkaria y otras cuestiones de la escena política vasca. La política vasca tiene suficiente autonomía para desarrollarse por otros caminos. De todos modos, es verdad que la absolución no perjudica, y en cambio una sentencia negativa habría complicado un poco la situación.

¿Prevén una posible reapertura del diario?

No. No tendría mucho sentido, porque no da la sensación de que esto se pueda hacer en el actual mapa mediático. El diario Egunkaria dejó en su día un agujero que fue cubierto por el diario Berria, también en euskera. Y este vende más, tiene más dinero y tiene más accionistas. No tendría sentido ahora intentar una reapertura del otro diario, cuando más o menos iría por la misma línea editorial y con criterios informativos semejantes.

España, un Estado de derecho

Iu Forn

Avui

Usted está tranquilamente en casa y llaman a la puerta (toc, toc, toc). Y va a abrir. Y se encuentra con la querella de un grupo, cuanto más friqui mejor: ¡Hola, somos de Culitos Limpios (por ejemplo) y venimos a instalarnos!. Y, está claro, como estamos en un Estado de derecho, usted tiene que dejar pasar la querella porque cualquier tronado (o tronada) tiene derecho a querellarse contra quien quiera. Ahora bien, mientras que en otros lugares el derecho de paso no implica poder cruzar ni el recibidor, aquí el derecho de paso, sobre todo el de un cierto tipo de querellas, permite que te entren hasta la cocina y te jodan la lubina que tenías en la nevera para cenar. ¿Es ésto una crítica a la justicia española? ¡¡¡Nooo!!! Yo nunca criticaría la justicia española, sobre todo porque no sé cuánto me falta para volver a caer en sus manos. ¿Me estoy refiriendo al caso Egunkaria? ¡¡¡Nooo!!! Sobre todo porque me haría ilusión que este diario que usted está leyendo cumpliera al menos 35 años.

 

Por lo tanto, que quede claro que este artículo no critica ni (1) a la endemoniada velocidad de la sentencia (sólo ha tardado siete años), ni (2) al juez Juan del Olmo, que cerró Egunkaria y detuvo y encarceló a nueve de sus directivos con unas pruebas tan sólidas como el proyecto Florentino ¿o más?, ni (3) al gran Eduardo Fungairiño, entonces fiscal en jefe de la Audiencia Nacional, que convirtió en querella cuatro hojas presentadas por un capitán de la Guardia Civil salido de un Gran Hermano hecho en Puerto Hurraco y ni (4) que el sustituto de Fungairiño ya solicitara el archivo del caso en el año 2006 pero que el caso haya continuado vivo todavía cuatro años con la fiscalía en contra. Bien, y escuche, la actual sentencia de la sección primera de la Audiencia Nacional tampoco descalifica tanto aquellas actuaciones. Sólo dice que el cierre fue inconstitucional y absuelve a los acusados con todos los pronunciamientos favorables. Y, total, ¡¡¡el diario estaba escrito en vasco!!!