El dolmen hallado en Eskalmendi puede ser el mayor de Euskadi

Se calcula que ocupa una superficie de 3.100 metros cuadrados, con lo que rivalizaría con el de Aizkomendi

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Trabajos en el dolmen de Eskalmendi.

Los arqueólogos descartan que el dolmen hallado hace apenas un mes junto al polígono industrial de Betoño, conocido hasta ahora como de Eskalmendi, sea el mismo que en su día citara Becerro de Bengoa, pero ese detalle casi es lo de menos. Lo importante del monumento, que pasa a denominarse Dolmen de Lakondoa, es que es muy probable que cuente con una impresionante superficie de 3.100 metros cuadrados, que incluya diferentes detalles “singulares” y que es muy factible que bajo su losa principal reposen restos “intactos”. Las expectativas generadas ayer por la diputada alavesa de Cultura, Igone Martínez de Luna, y confirmadas posteriormente por el responsable arqueológico del Museo Bibat, Javier Fernández Bordegaray, requerirán de una importante partida económica y del apoyo de los grupos políticos de las Juntas Generales para que el proyecto llegue a buen puerto.

A la espera de recabar datos más concretos, los primeros trabajos sobre el terreno han revelado la existencia de una estructura dolménica de probable cronología prehistórica. Con un perímetro de 250 metros y una altura máxima de 2,60 metros, rivalizaría en tamaño con el de Aizkomendi. “Las magnitudes del monumento son muy considerables y está compuesto por tres partes fundamentales: cámara central, túmulo de roca y túmulo exterior de arcillas”, informó la diputada.

La cámara central, de planta poligonal de unos 7 metros cuadrados de superficie, queda delimitada por cinco grandes bloques de piedra de los que sólo tres se encuentran en su posición original. Los arqueólogos han determinado que fueron transportados varios kilómetros hasta ese lugar para formar el dolmen. Su interior fue saqueado, alterado y rellenado con piedras y tierra en el pasado, pero “bajo ese nivel existe un depósito aparentemente intacto y aún no excavado, en cuya superficie se han recuperado fragmentos de huesos humanos que se han enviado a datar, lo que apunta a un posible uso funerario que confirmaría su carácter dolménico”, constató Martínez de Luna.

El túmulo de roca circundante es, probablemente, una construcción circular que formaría un anillo cónico en torno a la cámara. Ocupa 57 metros cuadrados y muestra una fuerte pendiente en su vertiente, lo cual resulta “extraño” en este tipo de monumentos. El túmulo exterior de arcilla, de algo más de 3.000 metros cuadrados, también constituye “una singularidad”, formada por una gran acumulación de arcillas plásticas que llegan hasta el límite del conjunto. –

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