Euskera ya

Soy el padre de Adrián, el niño que el año 1999 falleció en un fatal accidente cuando, con su madre, que también sufrió graves lesiones, iba a estudiar euskera a Estella ya que en Oteiza, como en otros tantos pueblos, no se podía por el genocidio cultual que se aplicaba en parte de Navarra.

Estos días estoy oyendo a los de UPN, PP y PSN decir que la nueva ley de implantar el euskera en toda la red pública de Navarra es política y sectaria. ¡Qué poca vergüenza tienen! Los unos que no hace mucho lo prohibían, encarcelaban y llegaban hasta la muerte, y los otros por su silencio cobarde.

Ver también a algunas apymas salir a protestar encabezados por la Concapa, talibanes con cruz en el pecho, me da asco. Nunca habéis estado del lado de la libertad que teníamos los padres de querer que nuestros hijos estudiaran euskera sin correr los riesgos que corremos.

Yo os digo con versos de Miguel Hernández: “Ocupad los tristes puestos de la triste telaraña. Sustituid a la escoba y barred con vuestras nalgas la mierda que vais dejando donde colocáis la planta”.

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