Tribuna abierta. Si nada cambia, cambiemos nosotros

Ya se sabe que la temporada estival es más de relajo, sin embargo la palpitante actualidad muchas veces camina en contra de lo que debe ser una sociedad avanzada y democrática, y a los problemas irresueltos de siempre se van añadiendo otros nuevos. Para muestra unos ejemplos.

Empecemos como es de rigor por el primero entre los primeros: el jefe del Estado. Resulta que como recibe a Artur Mas que no le cae simpático, lo hace de una forma glacial. No sabemos muy bien hoy en día el sentido de una monarquía pero al menos se supone que después de tantas generaciones de jamón y champán a cuenta del erario público, al menos deben ser educados. Pues no, el actual Felipe VI pone mala cara con lo que no le gusta y escenifica una acogida antipática en clara diferencia con la tradicional bonhomía borbónica al recibir a otros presidentes de CCAA que le resultan más de su cuerda. También podría ahorrarse los discursos llenos de tópicos unitaristas como el soltado en el paraninfo de la Universidad de Deusto ante empresarios leales. Bien haría en aprender del Reino Unido, encabezado por la Reina, que muestra un respeto exquisito hacia la decisión de Escocia, pero para eso hay que tener detrás una historia de muchos años de democracia y no un pasado impresentable derivado directamente del franquismo.

Otros que andan que trinan son la derechona madrileña ante la iniciativa de Manuela Carmena de abrir un canal de comunicación en el que el actual consistorio madrileño pueda rectificar o dar su versión de aquellas noticias que consideran no se ajusten a la realidad. Sin embargo, ese canal es una excelente medida que bien haría en imitar la alcaldía de Pamplona y el gobierno de Navarra, porque el ataque que van a tener de la extrema derecha navarra, encabezada por el medio que colaboró con el golpe del 36, va a ser de campeonato, especialmente teniendo en cuenta que a Navarra todavía no ha llegado ni la transición.

Por eso no deja de tener su gracia que Pedro Sánchez en su visita por estas tierras se permita el lujo de afear la composición del gobierno de Uxue Barkos por dejar entrar a una consejera de impecable trayectoria y propuesta por Bildu y sobre todo por prescindir de una “fuerza de cambio y de progreso como el PSN”. Hay que tenerla de cemento armado cuando el PSOE ha impedido ese cambio en las dos últimas elecciones forales dando su apoyo a UPN, que para el sr. Sánchez debe de ser una fuerza de cambio y progreso. El PSN-PSOE no está, porque su sitio actual está lamentablemente junto a UPN, lo mismo que hizo el PSE-PSOE admitiendo gozoso el apoyo del PP para conformar el gobierno vasco presidido por López frente al mayoritario PNV. En aquel momento se trataba de una urgencia democrática y una transición al posnacionalismo que por lo que ha venido luego no parece se haya confirmado.

Y siguiendo con el gobierno de Navarra, también el jefe supremo de la policía española protesta vivamente porque la citada consejera de interior navarra sea propuesta por Bildu. Pues alabamos la decisión de Uxue Barkos porque para dirigir la policía foral y sobre todo los mandos de la tan denostada policía municipal de Pamplona hará falta todo un personaje. Le deseamos buena suerte.

Cambiamos de tercio y nos fijamos en la Audiencia Nacional, tribunal de excepción donde los haya y en el que las garantías procesales brillan por su ausencia; lo que facilita una generosidad sin límites a la hora de repartir años de cárcel. Así, el caso de Idoia Martínez que ha sido absuelta por el Tribunal Supremo al anular una sentencia previa de la Audiencia Nacional de nada menos que 28 años y 3 meses. Y qué vamos a decir de Grande-Marlasca, que mientras cuenta chismorreos de su vida privada impide la consulta a Bruselas sobre la acumulación de penas, reteniendo injustamente a presos que debían estar en la calle, y sabiendo perfectamente el nuevo varapalo europeo que van a recibir. O la decisión del mismo tribunal de desestimar las indemnizaciones de víctimas a catorce asesinados por el GAL, BVE, GC (Galindo) o fuerzas parapoliciales del estado, entre ellos al diputado Muguruza o a Joxean Zabala. Y todo ello para alargar hasta que pase por los tampoco nada fiables Tribunal Supremo y Tribunal constitucional y llegue nuevamente al Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo. Ya se sabe la contestación pero habrán conseguido atrasarla unos cuantos años. ¿Quién está pensando en prevaricación? No se podrá hablar de Estado de Derecho mientras la Audiencia Nacional no haya sido disuelta y sus sentencias revisadas por tribunales ordinarios.

Dejamos para mejor momento el intento de reescribir nuestra historia reciente por ciertos sectores interesados y que consideran que la sociedad vasca hemos sido desde complaciente hasta colaboradora, pasando por enferma o anestesiada, con respecto a los crímenes de ETA. Nada de la resistencia ejemplar al franquismo, la lucha por la democracia, por los derechos sociales, el empeño de mantener nuestra lengua y cultura, sin contar la represión, torturas, asesinatos, exilio o cárcel durante 40 años. Esa gran trampa que están tendiendo considera el inicio de la Historia en 1978 y mientras exigen a unos la revisión crítica de su pasado aplauden sin reservas, cuando no exigen más, todo tipo de tropelías judiciales como las citadas anteriormente o las cometidas al amparo del “todo es ETA” formulada por ese oscuro personaje de Garzón.

Vamos a dejar para el final lo de las obsesiones identitarias de los soberanistas (antes nacionalistas, vascos claro) y sin embargo vemos hasta el empacho la bandera constitucional, ahora incluso como enorme telón de fondo de un mitin de Pedro Sánchez, que debe seguir la senda de Rodolfo Ares que lo primero que hizo fue llenar hasta el ridículo de banderas españolas hasta el más modesto edificio o dependencia del Gobierno Vasco (y ahí siguen). La frenética labor del delegado del gobierno siempre atento al mínimo detalle en el tamaño de las banderas españolas, su falta, su ubicación, si están ajadas etc o lo que considera a su españolísimo entender, intromisión inaceptable por considerar a Navarra parte de Euskal Herria, no como entidad política sino ni tan siquiera cultural. Tampoco se han quedado cortos en los temas identitarios los del PSN-PSOE que encabezados por María Chivite han anunciado que pondrán “pie en pared” frente a los temas identitarios del gobierno de Uxue Barkos (normalizar el euskera y el uso libre de la ikurriña en la Comunidad Foral). Tema este que preocupa también extraordinariamente a diversos medios y tertulianos para los que lo normal era la persecución perpetrada por UPN, con la colaboración del PSN-PSOE, a las señas de identidad vascas de Navarra. Para terminar el sainete que está montando el gobierno español por la retirada de cuadros del rey emérito y del actual en Barcelona y otras localidades catalanas. Esto no dejaría de ser una simple anécdota si no fuese por las cuarteleras amenazas a Cataluña si sigue adelante con su modélico proceso independentista.

La pregunta es la de siempre: ¿que adelantamos los vascos perteneciendo a este Estado? No nos iría mejor rompiendo de una vez amarras y en lugar de mirar al sur hacerlo hacia el norte, que es de donde viene el aire fresco…

El PSN-PSOE no está, porque su sitio actual está junto a UPN, lo mismo que hizo el PSE-PSOE admitiendo gozoso el apoyo del PP para conformar el Gobierno de López

No se podrá hablar de Estado de Derecho mientras la Audiencia Nacional no haya sido disuelta y sus sentencias revisadas por tribunales ordinarios

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