Objetivo del PP: extinguir la lengua catalana

El rechazo de la mayoría de partidos del Ayuntamiento de Sant Cugat a la propuesta del PP, que pedía instar al gobierno de Cataluña a hacer efectiva la escolarización en español de los padres de alumnos que lo pidieran, tiene toda la lógica del mundo por dos razones básicas. La primera es que el actual sistema de inmersión lingüística, con más de una generación por delante, ha demostrado que favorece más al español que al catalán. Y la prueba es que son miles y miles las personas que, a pesar de haber sido escolarizadas en catalán, no lo saben hablar, lo que no sucede a la inversa. Es decir, que no hay ninguna persona escolarizada en catalán que no sepa hablar español. Sólo hay que escuchar en qué lengua responden todos los catalanoparlantes que son entrevistados por un medio de habla española y en qué lengua lo hacen muchísimas personas al ser entrevistadas por un medio de habla catalana, a pesar de haber sido escolarizadas en catalán. Mientras los primeros cambian de lengua sin problemas, los segundos no lo hacen nunca.

La segunda razón es que el actual sistema de inmersión lingüística es insuficiente por completo para contrarrestar la fuerza aniquiladora de la lengua española en Cataluña. Una evidencia clara la encontramos en la acelerada transformación del catalán en una jerga del español, lo que no sólo no se detendrá, sino que aumentará hasta convertir el catalán en lo que tristemente se ha convertido en el gallego: un dialecto de la lengua dominadora. Ciertamente el formato de una columna periodística no permite profundizar en esta cuestión, y, por tanto, no hay que ir más lejos, pero es bueno recordar que la ciencia ya ha explicado ampliamente que imponer la cooficialidad de una lengua poderosa en el en torno a una lengua débil es una vieja trampa que termina siempre con la desaparición de la segunda. Este es el motivo por el que el PP utiliza el tramposo argumento de la igualdad entre las dos lenguas. Sabe bien que no hay arma más letal para aniquilar el catalán que la falsa ‘igualdad’. Si en nombre de la igualdad ponemos juntos un Seat Ibiza y un fórmula 1 en una parrilla de salida, no es necesario que nos quedamos a ver la carrera, ¿verdad? Y no sólo porque sabemos el resultado, sino porque no habrá carrera. En otras palabras, el catalán sólo sobrevivirá si se normaliza en el ámbito del entretenimiento de masas, que ahora está dominado de forma absoluta por la lengua española.

Sin embargo, para que esto ocurra, es necesario tener un Estado catalán que sea consciente que una lengua sólo sobrevive si es imprescindible para vivir en alguna parte. Y el catalán, salta a la vista, es una lengua prescindible e innecesaria totalmente para vivir en Cataluña. Ni siquiera es necesario saber hablarlo. No es necesario, porque entre las leyes españolas y la sumisión aprendida, nosotros mismos hemos convertido el catalán en la lengua de unos cuantos y el español en la lengua de todos. Y, claro, ¿qué sentido tiene adquirir un producto caro y de una única prestación, si con un coste mínimo podemos tener otro pleno de prestaciones? El PP es suficientemente consciente de ello. Lo tanto que tiene prisa por terminar el trabajo antes de que Cataluña sea independiente. No sea que diéramos la vuelta a la situación. No soporta la idea de que el catalán sea la lengua de Cataluña en la misma medida que el español es la lengua de España.

SANT CUGAT

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