Mitología cool

Os propongo dejarnos por un momento de Barcinas, elecciones y corrupción y darnos una vuelta por nuestro pasado remoto. Yo pensaba que Mari era una diosa de la antigua mitología vasca y que, como a todas las diosas, se la veneraba y se le pedían cosas. Pero no. En su origen allá por el neolítico, hace más de 6.000 años, Mari era la representación de las fuerzas de la naturaleza. Aunque esto no era algo exclusivo de aquí, y Mari no tiene eusko label, sí es cierto que es en algunos rincones de Euskal Herria donde este mito mejor se ha conservado, con variaciones, hasta nuestros días. Asombroso. Ella, la Dama, la Señora, no tenía un plan para los humanos. No decía lo que está bien y lo que está mal. No trataba de llevarlos por aquí o por allá. Ella aparecía en un lugar, y en función de ello las personas deducían si iba a hacer sol, lluvia, viento… Se trataba de un conocimiento basado en la observación que es el método con el que nuestros antepasados consiguieron controlar las plantas y los animales para su provecho y de donde surgirían todas las ciencias. Los otros grandes protagonistas de nuestra mitología eran los gentiles: unos seres de fuerza extraordinaria, creadores de los dólmenes y los cromlech. Primer intento de hallar respuestas a la relación entre la vida y la muerte. Les achacan valores basados en el afán por el trabajo bien hecho, la honestidad, la solidaridad, la fuerza pero sin agresividad para con los demás, la colaboración con los vecinos… Valores que se difundieron junto con esta cultura megalítica por gran parte de Europa del Norte y que en este rinconcito del planeta se han transmitido de generación en generación amalgamados con el euskera. ¿Interesante, no? Todo esto y mucho más me lo explicó el otro día el antropólogo Juan Inazio Hartsuaga en una entrevista. Hartsuaga ofrecerá una conferencia el miércoles en Pamplona en el Palacio del Condestable.

NOTICIAS DE NAVARRA