La demanda democrática de Treviño

Como es sabido, el territorio de Treviño está enclavado en Álava, sus habitantes sociológicamente pertenecemos a Álava y nos sentimos alaveses. Sin embargo, la sujeción administrativa a Burgos y a la comunidad de Castilla y León comporta una situación jurídico-administrativa anacrónica, antidemocrática y antinatural. A algunos políticos se les llena la boca hablando de la racionalización de la administración. Sin embargo, un día llega a Treviño el camión de bomberos cuando ya ha ardido la casa y otro envían tres camiones -desde Miranda, Vitoria y La puebla de Arganzón- para apagar el fuego de una moto.

Otro día nos enteramos de que un paciente treviñés que ha sufrido un ictus tiene que ingresar en su hospital de referencia de Burgos para realizar la rehabilitación. El ingreso, que dura 37 días, supone miles de kilómetros para los familiares que deben acompañarle. El uso racional de los recursos habría pasado por el tratamiento en el cercano hospital de Vitoria. De esta forma se habría aligerado notablemente el coste económico y el sufrimiento de la familia.

Otro día nos informan de que un vecino ha quedado atrapado en una sima con dos piernas rotas. La localización en los límites territoriales del enclave propicia una disputa competencial que acaba prolongando el rescate durante cuatro horas. Una sima, nada fuera de lo común, parece haberse convertido en un gran agujero semejante a aquel en el que, hasta la fecha, algunos se han empecinado en mantenernos a los treviñeses y treviñesas.

Otro día las autoridades educativas de Castilla y León nos confirman expresamente que el modelo lingüístico de la ikastola Argantzun no tiene cabida en el sistema de concertación y rechazan una escuela pública en euskera en el enclave. En los últimos años, la escuela pública de Treviño monolingüe se vacía porque no atiende a la gran demanda educativa en euskera, al tiempo que los padres y madres del enclave optan por desplazar a sus hijos e hijas a centros escolares alaveses en los que el euskera se emplea como lengua vehicular.

La realidad evidencia que la vía de los convenios no funciona; ni ha respondido en el pasado, ni responde en la actualidad, ni puede responder en el futuro a las necesidades y a la voluntad de los treviñeses y treviñesas.

Los partidarios de la imposición administrativa esgrimían que esta sujeción era acorde con la voluntad de los treviñeses y treviñesas. La consulta de 1998 evidenció que hay una voluntad mayoritaria aplastante a favor de la integración.

La sujeción administrativa se apoyó también en la supuesta mayor vinculación del enclave con Burgos y Castilla y León. Dicha tesis, difícilmente sostenible sin un mínimo sonrojo, fue demolida a propósito del informe de mayores vinculaciones emitido por encargo de la Diputación de Álava, así como por otros minuciosos estudios realizados en los últimos años.

Finalmente, se invocaba la legalidad vigente y, en particular, el procedimiento establecido en el Estatuto de Castilla y León para amparar el veto de dicha comunidad. La iniciativa acometida en los últimos meses por los ayuntamientos, avalada por un motivado y fundado informe jurídico y que se enmarca en las facultades que asisten al Parlamento Vasco para proponer la aprobación de leyes por las Cortes Generales, ha determinado la superación del bloqueo a la voluntad popular.

Aprobada la iniciativa por los plenos de los ayuntamientos de Treviño y de la Puebla de Arganzón sin ningún voto en contra, el Parlamento Vasco aprobó una proposición de Ley Orgánica, a fin de que las Cortes acuerden la integración del enclave de Treviño en Álava. Nos dirigimos a todos los representantes políticos y a la ciudadanía para que adopten todas las iniciativas que estén en su mano dirigidas al logro de este deseo democráticamente sentido por la población de Treviño.

La legalidad está de nuestra parte, pues no se puede decir que no a nuestras pretensiones democráticas sin justificarlo y la motivación necesariamente ha de versar sobre la mayor vinculación con Burgos o Álava. Asimismo, la legitimidad opera a nuestro favor, ya que se fundamenta en la voluntad clara y repetidamente expresada por los treviñeses y treviñesas.

No obstante, frente a la voluntad mayoritaria de los habitantes del enclave que padecemos esta irracionalidad, cabe pasar con la apisonadora de otras mayorías a las que las consecuencias de la sujeción administrativa no les afecta. Esto bien lo sabemos los treviñeses y treviñesas que hemos explorado todas las vías habidas y por haber: la vía del Estatuto de Gernika, la del Estatuto de Castilla y León, la de la comisión mixta, la de la ponencia… Nuestra persistencia pone de manifiesto que las negativas no nos arredran. Nuestra voluntad es y será totalmente firme si así es necesario y no cesaremos hasta que sea respetada. Es una cuestión de democracia y de dignidad.

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