“La Decimotercera Tribu” de Arthur Koestler

 

La gran mayoría de las personas que se llaman a sí mismos judíos, son judíos ashkenazi

A diferencia de los sefardíes, descendientes de Abraham, los askenazíes son en realidad un pueblo turco descendientes de los jázaros que se convirtieron al judaísmo en la Edad Media, antes de sus migraciones hacia el oeste siglos más tarde, en Europa oriental y central y, finalmente, a Palestina. Esto, en pocas palabras, es el tema principal del libro de Arthur Koestler «La decimotercera tribu».

La decimotercera tribu

Koestler apunta a muchos rasgos ditintivos (“La Decimotercera Tribu”) comunes como la yarmulka (el gorro de los judíos común a uzbecos, y otros pueblos de la Ex Unión Soviética) y que también es usado por musulmanes y la jerarquía católica romana (cuyo verdadero origen se remonta a la antigua Babilonia).

Los descendientes jázaros llegaron a ser conocidos como “judíos” y su auténtico origen se perdió para la historia, aunque no para las familias de la elite y la Iglesia Romana que prefirieron mantener la falsa versión de la historia para el resto del mundo. Lo que fueron los Jázaros hoy se les conoce como ´ashkenazi´ (judíos provenientes de Europa del Este), y las cifras y estudios indican que entre el 90 y 95 por ciento de los que se llaman a sí mismos “judíos” son ashkenazi, es decir, antiguos jázaros. Los demás judíos son conocidos como “sefarditas” y éstos sí tienen conexiones con Oriente Medio, aunque por supuesto esto no significa que la idea de una raza elegida por Dios tenga alguna razón de existir o que su reclamación de las tierras pobladas por palestinos sea legítima en lo más mínimo.

Tampoco es cierto que los judíos hayan necesitado o perseguido la reclamación de volver a su “madre patria” como hemos dicho, más bien al contrario, a lo largo de la historia, y España es un ejemplo, los judíos han coexistido pacíficamente con los cristianos y musulmanes en muchos países y Estados.

Los Ashkenazi son el grupo étnico que mantiene el poder en Israel desde 1948. Durante siglos los judíos Ashkenazi no hablaban el idioma semítico hebreo, lo que no sorprende ya que no eran hebreos. Ellos desarrollaron su propio idioma conocido como Yiddish que comenzó a hablarse en Alemania y se extendió por Europa Central y del Este. Más tarde el yiddish evolucionó para incluir elementos del eslavo, arameo, hebreo y otras influencias. Así que lo que conocemos como ´Ashkenazi´es un cocktail genético de sumerio, turco, lejano oriente, Europa norte y Europa occidental.

Koestler, que había nacido en Budapest en una familia judía, escribió:

Sus ancestros por lo tanto no provenían del Jordan, sino del Volga, no de la tierra de Canaan sino del Caúcaso, que aun se asocia con el origen de la raza “aria”, y genéticamente están emparentados con los hunos, los uigur y las tribus magiar y no con las semillas de Abraham, Isaac o Jacob. Esto significaría que el propio término “antisemitismo” carece por completo de sentido para referirse al anti-judío puesto que está basado en la confusión del término por parte de la victima y de sus verdugos. La historia del Imperio Khazar (Jázaro) comienza a ver la luz y se presenta como el engaño más cruel que se haya perpetrado jamás en la historia”

http://www.khazaria.com/kitroser.html

 

Koestler dice en su libro “La Decimotercera Tribu”

“Para añadir algo más, los judíos de hoy en día no tienen una tradición cultural común, simplemente ciertos hábitos y comportamiento derivado de su herencia social de la experiencia traumática del guetto, y de una religión, que la mayoría no practica y en la que no cree, pero sin embargo, confiere algún tipo de estatus seudo-nacional. La influencia del mensaje racial e histórico, aunque basado en una ilusión, actúa como un resorte emocional importante que apela a la lealtad a la tribu”.

Dicho sea de paso, el símbolo del hexagrama que hoy está presente en la bandera del Estado de Israel y es el símbolo mundialmente más conocido de los judíos, era el símbolo del escudo de la Casa de los Rothschilds, tambien conocido como la Estrella de David o Sello de Salomón. No estaba considerado un símbolo judío hasta que se adoptara por parte de los Rothschilds y puede encontrarse en muchos lugares de otras culturas religiones; lo usaban por ejemplo los magos árabes, los druidas y los satanistas. Una estrella de David se encontró en el suelo de una mezquita del año 1200 en Tel Aviv.

De nuevo volvemos a encontrarnos con una verdad histórica que se ha ocultado a la mayoría con el único fin de la manipulación de las masas, judíos (practicantes o no) y no judíos para la creación de un estado-juguete, Israel, con un enorme coste en vidas humanas de palestinos y sufrimiento indecible de millones de personas, por parte de la Casa de los Rothschilds y sus agentes. Por supuesto, el papel silenciador y cómplice de la Iglesia Católica, cuya Biblioteca Vaticana contiene libros y documentos que pondrían de manifiesto éste como otros muchos engaños perpetrados a lo largo de la historia, ha sido y es absolutamente fundamental.

De hecho, La Casa de los Rothschilds posee el título de “Guardianes de los Tesoros del Vaticano” y se asegura de que el patrimonio, finanzas y los secretos de la Iglesia de Roma permanezca oculto.

Arthur Koestler

Fuente: http://www.trinityatierra.com/2007/12/26/el-imperio-jazaro-y-los-judios-sumerios-otra-cruel-mentira-de-la-historia-oficial/

http://www.webislam.com/articulos/95851-la_decimotercera_tribu_de_arthur_koestler.html