Las 7 diferencias entre Cataluña y Escocia

«Escocia ve vida más allá del referéndum. Cataluña, en cambio, parece sometida a la batalla final, bajo el lema ‘ganar o morir'»

 

Ni la Union Jack ni ninguna bandera independentista. Paseando por las calles de Escocia no se tiene la impresión de que el país esté inmerso en un proceso de autodeterminación o, cuando menos, que el debate levante la pasión con que se vive en Cataluña. Ya sabemos que Madrid no es Londres, que ya ha pactado con los escoceses un referéndum el 18 de septiembre del año que viene, pero Barcelona no es tampoco Edimburgo. He aquí algunas de las grandes diferencias:

 

1. Para empezar, los ingleses reconocen a Escocia como nación, con soberanía propia, e incluso los partidarios del no, agrupados bajo el lema «Better Together» (‘Mejor Juntos’) admiten que es viable un Estado escocés. Dicen en la web: «No es que pensemos que Escocia no pueda sobrevivir como un país separado, es que formar parte del Reino Unido es la mejor opción posible para nuestro futuro». No hemos oído aún en Cataluña una declaración similar de un político contrario a la independencia.

 

2. Precisamente los partidarios del no llevan mucha ventaja en las encuestas, con más del 50% de apoyo, mientras que el sí apenas llega al 30%, a la inversa de lo que reflejan los sondeos en Cataluña. Sin embargo, el Primer Ministro escocés, el nacionalista Alex Salmond, aún confía en dar la vuelta a la tortilla en el año que falta.

 

3. ¡Y como anhela Salmond poder tener una TV3 escocesa! Uno de los males que lamentan los partidarios del sí es que Escocia no tiene medios audiovisuales propios para seguir el debate (no los puede tener, por ley) y los diarios de Glasgow son escépticos, cuando no hostiles, con la independencia.

 

4. Sin embargo, el líder del Partido Nacionalista Escocés (SNP) ha logrado convertirse cotra viento y marea en el político mejor valorado del país, y ha captado votantes no independentistas sobre todo gracias a sus políticas sociales, las que la oposición llama ‘Salmond Freebie’ (regalos de cortesía). Un ejemplo: mientras el gobierno de Artur Mas dobla el precio de los másters, el de Salmond elimina las tasas universitarias.

 

5. Salmond puede hacer ésto porque, aunque depender de la financiación de Londres, Escocia no tiene prácticamente déficit fiscal. Explica el prestigioso periodista Iain MacWhirter en el libro que acaba de sacar «Road to referendum» que Escocia aporta el 9.9% a las arcas del estado, y recibe el 9.3%. Esta diferencia de 0.6 ya la quisiera Andreu Mas-Colell, que se ve estrangulado mientras se esfuma en el entorno de un 8% del PIB de Cataluña.

 

6. Es cierto que el SNP gobierna cómodamente el país con mayoría absoluta, pero al mismo tiempo no tiene detrás un recambio de seguridad. El sí a la independencia de Escocia lo ha apostado todo a un único caballo, no como en Cataluña, que el proceso tiene detrás los dos primeros grupos del Parlamento.

 

7. Escòcia ve vida más allá del referéndum. Cataluña, en cambio, parece sometida a la batalla final, bajo el lema «ganar o morir», que Jordi Pujol formuló como «residuales o independientes». Mientras en Edimburgo hay quien incluso cree que Alex Salmond sobrevivirá a una hipotética derrota del sí y sabrá reinventarse como garante de que Londres ceda más autonomía (como ha comprometido David Cameron) nadie en Cataluña piensa que Mas pueda separar su destino de la consulta que ha prometido a los catalanes.

 

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