Crónica de una mañana en Miramar

En una hermosa mañana de finales de septiembre (2009/09/26), en Donostia, Hamaikabat, partido surgido recientemente como escisión de Eusko Alkartasuna, nos ha hecho compartir una perspectiva amplia del momento político actual en Cataluña. Daba cierta pena contemplar desde los luminosos ventanales del Palacio de Miramar el sol otoñal que se diluía, manso, sobre una bahía de la Concha sin apenas olas e invitaba a disfrutar de un baño tonificante; pero la realidad sociopolítica se impuso y mereció la pena la asistencia al acto y, por un día, perder el chapuzón. El título o emplazamiento del mismo era: Zer ari da gertatzen Catalunyan?

 

La sola mención de las personas invitadas constituía un atractivo por sí mismo. Los cito por orden de intervención: El primero, Salvador Cardús, sociólogo, doctor, profesor universitario y decano de la Facultad de  Ciencias Políticas y Sociología de la UAB. También es un certero analista social y político en los medios más importantes de Cataluña y aquí mismo, hasta su defenestración de Radio Euskadi por la “nueva” línea política adoptada por EiTB tras los recientes cambios. El segundo, Toni Strubell, licenciado en Oxford y reconocido periodista en ejercicio y que vive en nuestro país desde 1981, donde imparte clases en el Campus de Donostia de la Universidad de Deusto. Strubell es también colaborador habitual de múltiples medios de comunicación. La tercera intervención correspondió a Francesc Homs, licenciado en derecho y político en ejercicio como militante desde 1993 en Convergencia Democrática de Catalunya (CDC) y con altas responsabilidades en la actualidad en dicho partido. El cuarto, “last but not least”, fue Jaume Renyer, también licenciado en Derecho, profesor universitario y con varios cargos políticos en la Generalitat de Catalunya. Su nombre saltó a los medios como el acompañante, ideológicamente seguro, de Carod Rovira en su famosa entrevista con ETA en 2004. Renyer mantiene cotidianamente un blog de gran interés político.

Con estos integrantes, asunto y personas, estaba asegurada una mañana de gran interés. Y, de corazón, he de decir que no me defraudó.

Salvador Cardús

El contenido de su intervención consistía en presentar el ambiente político actual de Cataluña.

Comenzó Cardús con una síntesis muy clara sobre la actual situación política de Cataluña. Dividió su intervención en tres partes. En la primera analizó la evolución del panorama político catalán en los últimos 5 o 6 años; en la segunda, planteó sus consecuencias sobre el estado actual de Cataluña y en la tercera, presentó el panorama catalán de la actualidad más próxima.

En la primera parte, Cardús afirmó que el origen de la situación de estos últimos años ya estaba presente en 1988 y que sus características proceden de ambigüedades y confusiones básicas presentes ya en la etapa de la transición. A este respecto, citó cuatro aspectos determinantes:

  • La frustración de las expectativas de todos quienes pusieron en marcha el proceso del nuevo Estatuto de Cataluña (Maragall en la calle, eliminado por su propio partido; el fracaso de lo que ERC denominó como “segunda transición” y la desaparición del mapa político del concepto que CDC llamó “soberanía compartida”, principalmente)
  • La enorme erosión política de los partidos políticos catalanes y su incapacidad para defender, conjuntamente, su interés nacional.
  • El alumbramiento de un Estatuto que ha dejado (o, por lo menos, amenaza dejar) sin horizonte nacional a Cataluña.
  • El tremendo retroceso autonómico del Estado español, con un marco cada vez más antiautonomista.

En segundo lugar, sobre la situación actual, Cardús constató la no existencia de un espacio para lo que podría haber sido una “España plurinacional”, afirmó asimismo que es una imposibilidad contrastada, de modo semejante a una estructura federal del Estado español. Citó como ejemplos significativos en este sentido el progresivo cambio de actitud en personas no proclives a la independencia de Cataluña, como Juan José López Burniol, Francesc de Carreras, Ferrán Mascarell o Josep Ramoneda que coinciden en el diagnóstico de que entre Cataluña y España no hay, ni puede haber, en la actualidad relaciones bilaterales.

Añadió Cardús que no hay posiciones intermedias y que aceptar el “estatu quo” político implica la desaparición de Cataluña como nación. A este respecto afirmó claramente que hablar del “derecho a decidir” es no decir nada, que es una expresión vacía de contenido político, lo mismo que el concepto de “soberanía compartida”.

De igual modo que lo dicho sobre la “imposibilidad contrastada” de la España plurinacional o federal habló de la independencia de Cataluña como de una “imposibilidad no contrastada”, es decir como un factor a intentar. Esta opción al ser “no contrastada” se admite como viable ya que, según la exposición de Cardús: depende sólo de los propios catalanes, permite el diálogo y respeto mutuo con España, es comprensible por todo el mundo (para lo que es necesario hablar claro, sin ambigüedades) y tiene como aspecto firme el que supera la “cultura de la resistencia” actualmente vigente y de que se expresa “en positivo”. El principal obstáculo a la independencia es, precisamente, la incapacidad de imaginar tal escenario, dificultad basada principalmente en la colonización mental.

En tercer lugar, presentó la situación actual, caracterizada por la efervescencia de plataformas independentistas, muchas de gran radicalidad. En este sentido se centró brevemente en el nuevo movimiento Reagrupament, aglutinado por Joan Carretero, que nace con la ambición de reunir y cohesionar a todos los independentistas “salidos del armario”, según la expresión utilizada por el propio Cardús.

Toni Strubell

En su exposición presentó un punto de vista sobre los medios de comunicación en Cataluña.

Lo primero que expresó es que su planteamiento iba a ser una visión subjetiva, ya que opina que la prensa que vale realmente es la que tiene ciertas dosis de subjetividad.

Strubell planteó que hay mucha gente en el País Vasco que piensa que la situación de los medios de comunicación propios está mejor en Cataluña que en Euskal Herria y que, evidentemente, es así desde el punto de vista lingüístico por lo menos y tal vez no tanto desde el político. En efecto, en Cataluña constató que hay dos periódicos y medio en catalán (Avui, El Punt y la mitad de El Periódico, ya que éste tiene su edición básica en español y edita también una traducción de la misma al catalán). Constató que El Periódico vende significativamente más ejemplares que Avui y El Punt juntos.

Reflexionó también sobre La Vanguardia, que es un diario en el que el idioma catalán no aparece prácticamente nada, pero que es un periódico de un espectro ideológico más amplio que el de otros periódicos españoles adscritos a cualquier ideología o partido. En este sentido rebatió la tesis de que la compra de Avui por el grupo del Conde de Godó (La Vanguardia) hubiera significado una homogeneización ideológica entre ambos. Desde el punto de vista comercial, dijo, la concentración de la propiedad permite variedad y la variedad da ventajas en ventas a los propietarios. Concretamente explicó el papel de Antoni Batista en La Vanguardia, sobre todo a partir de la tregua de 1998, que logró que dicho periódico no cayera ni en el españolismo ni el amarillismo totales.

Explicó cómo se produjo un intento, desde Madrid, de crear un gran “hub” (centro neurálgico) periodístico español que absorbiera al resto de grupos, pero que el intento ha fracasado por ahora, ya que tanto el grupo Godó como Mediapro han escapado de su control. Explicó la calidad y expansión del suplemento semanal de El Punt, Presencia, con más de 100.000 ejemplares todos los domingos.

Strubell citó a Giffreu en su afirmación de que el Estado propio es la única garantía real para un país de tener prensa propia. En ese sentido hizo una reflexión sobre cómo los medios de comunicación españoles desconocen la mentalidad y el imaginario catalanes desde un punto de vista afectivo, ni se esfuerzan en conocerlos, mientras que sí sucede con los de los andaluces, por ejemplo.

Con relación al País Valenciano Strubell nombró como muy importante la labor de la revista de actualidad y opinión El Temps, editada en Valencia pero con acceso al ámbito de todos los países Catalanes. En este sentido habló del error de elegir como cabecera del que pretendía ser el periódico nacional para los Países Catalanes una de las pocas palabras diferentes entre el catalán del País Valenciano y el de la Cataluña estricta. En efecto, el “Avui” catalán (“hoy” en español) en Valencia se dice “Ui”. En cualquier caso afirmó que la política lingüística de la Generalitat Valenciana es realmente genocida y que desde 1976 hasta hoy se cuentan en el País Valenciano 200.000 hablantes de catalán menos.

Constató la debilidad del nacionalismo catalán en el control de medios y lo contrapuso a la situación vasca con el relativo control que ejerce el vasco, aparte de Berria y Gara, sobre Deia y el grupo Noticias en general.

Se extendió hablando sobre el PSC y la no existencia en el mismo de “dos almas”, una catalanista y otra españolista, sino simplemente de la realidad de “un furgón de cabeza y otro de cola”. Afirmó que el pensamiento del PSC sobre el ideal de lo que debería ser un medio de comunicación catalán es algo así como la Cadena SER con “algo más de catalán”. Del mismo modo que hace pocos años el PSOE planteó TVE como un medio para “vertebrar la nación española”, se constata la españolización efectuada por el mismo sobre TV3 y citó al respecto el libro de Víctor Alexandre “TV3 a traició”. En este sentido habló también críticamente del veto a TV3 en el País Valenciano y la eliminación progresiva de sus repetidores.

Terminó con una visión moderadamente optimista sobre el futuro, ya que, dijo, se terminó la cobardía y al igual que Cardús afirmó que el independentismo “ha salido del armario” y que en cualquier medio de comunicación catalán se encuentran opiniones soberanistas o independentistas. Citó a Carles Boix y J. R. Resina como ejemplo de periodistas catalanes con importante influencia a nivel internacional, ambos residentes en los Estados Unidos.

Francesc Homs

Su intervención estuvo centrada en explicar el concepto de “La casa gran del catalanisme” preconizada por Convergencia Democrática de Catalunya (CDC).

Explicó que, en su origen, CDC era más un movimiento que un partido y que esta es la idea que ha presidido la génesis del concepto “La Casa Gran”. Para llegar a esta idea han constatado tanto el agotamiento del modelo político actual como el de un cierto éxito del catalanismo a través de las instituciones del autogobierno y del logro de un modelo económico más abierto. Homs afirmó que el objetivo consiste en profundizar en ambos conceptos creando un movimiento de vocación mayoritaria que logre, por un lado, “refundar el catalanismo” y, por otro, “regenerar la democracia”. En todo este propósito planteó que no existe una ruptura con la situación actual.

Homs terminó afirmando que este movimiento tiene la ambición de ser mayoritario en número de votos en Cataluña, aunque eso suponga ciertas cesiones ideológicas y acceder así al ejercicio del poder en servicio de su pueblo. En este sentido dijo que Artur Más había afirmado que en un referéndum sobre la independencia de Cataluña votaría sí, pero que “La Casa gran” no se define en tal sentido.

Jaume Renyer

Su presentación se centró en los nuevos movimientos soberanistas.

Comenzó manifestando su discrepancia con el anterior ponente, Francesc Homs, ya que afirmó que piensa que ha habido un cambio fundamental de coyuntura, mientras que el planteamiento de Homs se basa en pensar que “todo sigue más o menos igual”.

Renyer pasó a afirmar que hoy en día en Cataluña el partido de orden por antonomasia es el PSC, estrictamente vinculado al PSOE, y que es un partido conservador sobre todo en el sentido del mantenimiento lo más intacto posible del estatus político.

En el ámbito cultural expuso que la hegemonía está actualmente en manos de una izquierda a la que denominó como banal y que une un determinado cristianismo progresista postconciliar a un tardomarxismo acrítico. Por el contrario, Renyer defendió un sistema de valores republicano que, por supuesto, no se reduce a defender una forma de gobierno, la república, frente a la monarquía, sino que engloba todo un sistema de valores ya expresados en determinados ámbitos del mundo mediterráneo, en Italia sobre todo, desde el siglo XVI hasta el XVIII. Este sistema está constituido por valores cívicos, de solidaridad y democráticos fundamentalmente.

Hoy en día, constató, se nota una tremenda desorientación y al mismo tiempo se percibe que el discurso independentista incomoda mucho en determinados sectores. Al mismo tiempo, verificó que la confianza en la propia población da mucho más juego de lo que muchas veces se piensa.

Afirmó Renyer que la crisis cultural del país, antes citada, provoca el crecimiento del proyecto nacionalista español, que se manifiesta en un sentimiento de fuerza creciente. A más debilidad catalana aparece más arrogancia por parte del Estado español.

Una reflexión interesante expresada por Renyer fue que aunque la sociedad en general no comparte en muchas ocasiones la propuestas que se le ofrecen en el campo electoral, sí manifiesta un amplio deseo de participar en la actividad política. Esto, constató Renyer, se traduce en la necesidad de diferenciar el proyecto político de los proyectos electorales. Cada vez se produce con más frecuencia la participación desde fuera de los partidos, desde plataformas cívicas, al modo de Arenys de Munt, que dan, y pueden dar todavía, mucho juego. Pero, según afirmó  Renyer, estas plataformas deben converger en una concreción política.

La regeneración del movimiento nacional en un país como Cataluña y el acceso a un Estado propio exigen, según su exposición, en primer lugar de un núcleo económico potente y que asuma el hecho nacional sin complejos; en segundo lugar, de una intelectualidad nacional que exprese claramente toda la potencia cultural del país y en tercer lugar, de la actividad política como elemento determinante para su consecución.

Nota

El hecho de participar en último lugar hizo que el tiempo disponible para Jaume Renyer fuera considerablemente reducido, debido a la prolongación de anteriores intervenciones. Esto produjo una exposición tal vez demasiado rápida. Para compensar este posible déficit y dado el interés de su intervención, tomo del blog del propio Jaume Renyer el resumen de su intervención elaborado por él mismo.

http://blocs.mesvilaweb.cat/jrenyer

Texto de Jaume Renyer:

En primer lugar, para entender lo que está pasando actualmente en Catalunya, hay que tener en cuenta que confluyen una serie de factores económicos y políticos. El balance de treinta años de régimen constitucional y autonómico presenta un balance negativo para el pueblo catalán: de ser la primera economía del Estado español, la catalana está hoy en claro retroceso comparada con la megalópolis madrileña o los territorios vasco-navarros con concierto económico. A ello hay que añadir la devaluación del papel de Barcelona, motor cultural y empresarial de Catalunya, hasta llegar al nivel de provincialización actual en todos los órdenes. Estos retrocesos tienen causas internas -el caso Millet, la corrupción de las elites autóctonas-, pero sobre todo externas: la deliberada discriminación de las políticas públicas estatales, el expolio fiscal, la dependencia económica y, en resumen, la dominación política.

En segundo lugar, este año 2009, se hacen patentes el fracaso del nuevo estatuto (inservible para atajar los problemas estructurales descritos anteriormente) y la animadversión a cualquier reivindicación proveniente de Catalunya en el conjunto del Estado. La sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto del 2006, independientemente de cual sea su contenido, aún en el caso que deje intacto el texto autonómico, no alterará la convicción (hoy en día muy extendida socialmente) de que no supone la solución a los problemas del país.

En tercer lugar, tras seis años de gobiernos tripartitos capitaneados por el PSC-PSOE, la doctrina oficial continua siendo la de separar la gestión de los problemas sociales con los derechos nacionales, postergando los segundos aduciendo que no caben en el orden constitucional establecido. Fuera de los estrechos márgenes de la Constitución no hay -según los servidores del poder- reivindicaciones legítimas, como el derecho a la autodeterminación. El soporte ideológico a esta actitud se basa en la hegemonía -en los últimos treinta años- del progresismo abstracto (animadversión a la catalanidad), defensor de causas lejanas (antisionismo, antiamericanismo, antiliberalismo, etc.), incapaz de concretar políticas de transformación social y construcción nacional.

En cuarto lugar, la distancia entre los objetivos teóricos y la práctica real de los partidos integrantes del subsistema parlamentario catalán se ha traducido en abstención masiva, descrédito de la política y desorientación social. Por ejemplo, hace ahora veinte años, ICV, ERC y CIU aprobaron una resolución en el Parlamento de Catalunya según la cual no renunciaban a ejercer el derecho de autodeterminación en cuanto las condiciones lo permitiesen. No solo no han creado estas condiciones sino que esta primavera han votado -por unanimidad- contra la admisión a trámite en ese mismo Parlament de una iniciativa legislativa popular en pro del derecho de autodeterminación.

En quinto lugar, el éxito de la consulta de Arenys de Munt ha hecho aflorar en el seno de todos los partidos catalanes voces favorables al derecho a decidir, sumándose las cúpulas de los teóricos partidos nacionalistas a su extensión a otras poblaciones. Pero la divergencia entre estas estructuras profesionalizadas e integradas en el orden establecido y las plataformas soberanistas que desde el 2006 han surgido en Catalunya son cada vez más evidentes y profundas. El reto actual es si desde el movimiento cívico se puede plasmar un proyecto político con incidencia electoral capaz de regenerar la vida pública catalana y hacer posible un proceso de autodeterminación.

Publicado por Nabarralde-k argitaratua