El hundimiento del P.S.O.E.

Mikel_Sorauren

Más allá de la debacle electoral, el bajo respaldo de las urnas al socialismo español significa el hundimiento de un proyecto de nación diseñado por los progresistas españoles para adecuar España a los esquemas de Europa occidental.

Quienes apostaron por el P.S.O.E. desde la oposición a la dictadura se creyeron con capacidad para transformar a los franquistas en auténticos demócratas. Su discurso, que se reclamaba de la reconciliación, en realidad considero a ésta como la simple aceptación de las exigencias impuestas por los poderes fácticos, institucionales y sociales, que ponían como condición el mantenimiento de las estructuras socio-económicas consolidadas con Franco. Se engañaron, y engañaron a la colectividad, y los franquistas quedaron enteros. De hecho ejercieron una presión permanente a lo largo del proceso de transición que impidió la mínima ruptura con lo anterior.

Desde entonces la existencia de España ha transcurrido en una burbuja. Se declaraba que constituía un sistema político democrático y encomiaba su capacidad de adecuación a los Países del entorno, incluido  el desarrollo económico. España había dejado atrás un pasado de retraso socio-económico y autoritarismo. Sin embargo, la crisis económica presente ha puesto de manifiesto las viejas enfermedades de un Estado, ocultas bajo la cortina de los cambios que ofrecían una imagen falsa de la realidad española.

Se pretende presentar el actual fracaso español como responsabilidad del P.S.O.E. de Zapatero ¡Diagnostico errado! En la misma prensa internacional se reconoce ya que no existe alternativa ¡No ha ganado el P.P. de Rajoy! ¡Ha perdido el P.S.O.E.! En realidad quien ha perdido –o pierde- es España. Las crisis suelen sacar a flote los problemas estructurales. Los 36 años que han seguido a la desaparición de Franco se han malgastado en fuegos de artificio. Se han despilfarrado las buenas circunstancias de una fase económica expansiva y los apoyos financieros exteriores. Lo peor de todo. No ha tenido lugar una verdadera transformación de las élites socio-económicas y se mantiene el viejo espíritu de la oligarquía, decidida a imponer sus condiciones con contundencia.

España ha fracasado en el intento de atraer a las naciones periféricas. Ha quedado patente la imposibilidad de acuerdo, cuando desde Madrid se han rechazado el Plan Ibarretxe y el Estatuto de Cataluña. La vieja España se ha topado con ella misma. Bajo el ropaje de la modernización queda la ignorancia histórica a que aludía Machado a propósito de Castilla frente a lo que es diferente ¡No hay sino una manera de ser español! Los navarros y catalanes están obligados a aceptar lo que impongan los españoles. Hoy la antigua oligarquía está constituida por financieros y empresarios que siguen considerando el Estado como su patrimonio; imponiendo a la masa sus intereses por encima de las necesidades colectivas. Éstas, más allá de sus reclamaciones de índole económica y social , se encuentran obligadas a atribuir la responsabilidad de sus males a los nacionalismos periféricos.

La crisis en España ha tocado fuerte como consecuencia del mantenimiento de las viejas estructuras. Los españoles presienten el hundimiento de España y reaccionan con la vieja actitud numantina de no ceder. El temor de la derrota se traduce en  intensificación de agresividad frente a quienes consideran los responsables de la crisis española ¡Navarros y catalanes! ¡Nunca se verán ellos como responsables, a pesar de que ha sido su prepotencia la causa de su fracaso! Zapatero y el P.S.O.E. han jugado su papel de sortear la crisis con políticas tradicionales. Rajoy es incapaz de presentar una auténtica alternativa. Se verá obligado a actuar al dictado de los mismos dirigentes europeos a los que ha obedecido Zapatero. Es posible que en tal momento se reconozca que el problema lo constituye la propia España ¿Cómo salir de la trampa?

Publicado por Nabarralde-k argitaratua