La nueva edición del curso ‘on line’ sobre historia de Navarra que ofrece la Nabarralde comenzará el próximo 5 de octubre. La inscripción ya está abierta
Angel Rekalde DIRECTOR DE NABARRALDE
Con el objetivo de “potenciar la capacidad de pensamiento analítico en relación a la historia y la memoria histórica”, la Fundación Nabarralde ha puesto en marcha una nueva edición del curso sobre historia de Navarra, que comenzará el próximo 5 de octubre. Tal como explica Angel Rekalde, director de la fundación, el curso cuenta con la colaboración de la Federación de Ikastolas y está homologado por el Gobierno de Navarra.
¿Cuál es el planteamiento del curso? ¿Qué aporta de novedoso?
-Vivimos en la época del relato; es una explicación del propio mundo, de lo que somos, por la que nos entendemos y nos reconocemos los miembros de una sociedad. Y la historia es un componente esencial, central, del relato de una colectividad. Necesitamos, pues, un relato propio, que explique la realidad en que vivimos, y que nos dé cuenta de nuestros propios hitos. Ese es el planteamiento de este curso: Amaiur, Orrega-Roncesvalles, Eneko Aritza, las guerras carlistas, el reino de Navarra, las conquistas…
Se trata de la quinta edición del curso. Desde Nabarralde, ¿consideran que sigue existiendo un gran desconocimiento en cuanto a la historia de nuestro pueblo?
-Lamentablemente es así; la historia es un capítulo que cuidan mucho los Estados, los poderes establecidos, porque les sirve para dar legitimidad a su status. Las cosas son así porque hemos llegado hasta aquí. Se borran las injusticias, los méritos de los vencidos, la voluntad de los pueblos… De ese modo, quienes hemos perdido el Estado en el transcurso de la historia, paradójicamente, no “tenemos” historia. Y nos la han borrado de la educación y la enseñanza. En Navarra, por ejemplo, es muy evidente la aculturación en este campo y el desconocimiento que manejamos de nuestras propias claves, a pesar de haber tenido una historia rica, compleja, que rezuma por todos los poros de esta tierra, en sus edificios, torres, tradiciones, lengua, fueros y en todo.
¿Desde qué perspectiva se afronta el curso?
-Este curso viene a cubrir ese vacío y ofrece la historia de un pueblo, el vascón, el navarro, que ha sido notorio en la vida real, en el escenario internacional, y que hoy no tiene quien le escriba. Esta es la perspectiva, la nuestra, la de contar el relato de lo que hemos sido desde nuestros ojos, nuestros intereses y nuestra presencia en el mundo.
¿Por qué cree que se evita ese relato que proponen desde Nabarralde? ¿Por qué es importante tener un relato propio?
-Como decía, vivimos en la época del relato. Se ha consumido la fuerza de las ideologías por su propio agotamiento, y se impone una interpretación de la realidad más acorde con las propias circunstancias de cada sociedad; eso que llamamos relato. Y la historia es parte central de ese relato. Nos dice quiénes somos, cuál es el sujeto en el caos de los acontecimientos; nos explica cuál es el origen de las circunstancias en que nos desenvolvemos, las claves, los conflictos, cómo hemos llegado a lo que somos y vivimos; incluso nos ofrece una perspectiva de cuáles han sido nuestras relaciones con otros sujetos… Todo ello nos facilita la comprensión de nuestro mundo y afrontar los proyectos del futuro. Es una formación que los poderes se cuidan mucho de controlar y manejar en su provecho. Es, pues, muy importante que como sociedad utilicemos nuestro propio relato, veraz y crítico.
Realizan este curso en colaboración con las Ikastolas de Navarra. ¿Va dirigido exclusivamente a profesores?
-No. En origen así lo preparamos, para facilitar a estos profesores su labor, su formación, y que dispusieran de recursos pedagógicos en esta materia. Pero cuando vimos el resultado, manejable, sencillo, sintético, comprensible, fácil de aprender y usar, nos dimos cuenta de que servía para cualquier público, desde los mismos estudiantes hasta cualquier persona aficionada e interesada en la historia.
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