Tópicos españoles sobre el euskera

topicos01
El uso de tópicos es universal y no son más que prejuicios hacia lo que desconocemos. Los prejuicios negativos hacia algo o alguien denotan una predisposición a rechazar o menospreciar el objeto del prejuicio mediante la burla o exageración de una supuesta cualidad. En el caso de los españoles con el euskera, uno de los tópicos estaba recogido en la Real Academia de la Lengua Española cuando en su tercera acepción decía que el vascuence era “aquello que está tan confuso y oscuro que no se puede entender”, definición que ha mantenido hasta el año 2016.

Existe en la novela clásica española del siglo XVI un personaje recurrente de nombre “Perucho”, que trataba de dar vida al estereotipo del vascoparlante -llamado entonces “vizcaíno” en Castilla- como persona sin cultura y que hablaba un mal castellano. Los diálogos en los que participan los “vizcaínos” o vascoparlantes son incomprensibles pues se supone que traducen literalmente desde el euskera palabra por palabra sin respetar la sintaxis castellana, aunque realmente no es más que un recurso del escritor que buscaba la sonrisa de sus lectores y suponían un menosprecio latente hacia los hidalgos “vizcaínos”. Apareció Perucho por primera vez en 1517 en la obra “Tinelaria” de Torres Naharro, después usó el personaje en la tercera parte de “La Celestina” Gaspar Gómez en 1536, también recurrió a él Martín de Santander en “Rosabella” (1550).

El propio Cervantes hizo varias veces mofa del “vizcaíno” en el Quijote y más notoriamente en su pequeña obra teatral o entremés “El vizcaíno fingido”, obra para que la plebe de los corrales de Madrid se riese:

“La suerte ha querido que de Vizcaya me enviase un grande amigo mío a un hijo suyo, vizcaíno, muy galán, para que yo le lleve a Salamanca y le ponga de mi mano en compañía que le honre y le enseñe. Porque, para decir la verdad a vuesa merced, él es un poco burro, y tiene algo de mentecapto; y añádesele a esto una tacha, que es lástima decirla, cuanto más tenerla, y es que se toma algún tanto, un si es no es, del vino (…).

(Conversión del “vizcaíno” Quiñones con una supuesta dama que en realidad es una prostituta que intenta estafarle sin saber que ella iba a ser la estafada y que no era “vizcaíno”):

– “Vizcaíno, manos bésame vuesa merced, que mándeme” (en euskera sería: “Bizkaitarra, eskuak musukatzen dizkizut, zure aginduetara”, pero no coincide exactamente con la traducción).

(Le corrige su amigo Solorzano el orden de las palabras para que se le entienda):

– “Dice el señor vizcaíno que besa las manos de vuesa merced y que le mande”.

– Vizcaíno: “Pareces buena, hermosa; también noche esta cenamos; cadena que das, duermas nunca, basta que doyla” (el orden de las palabras no corresponde con la sintaxis del euskera).

– “Dice mi compañero que vuesa merced le parece buena y hermosa; que se apareje la cena; que él da la cadena, aunque no duerma acá, que basta que una vez la haya dado” (se trata de una cadena supuestamente de oro que el “vizcaíno” iba a dar a la joven y que formaba parte de la estafa).

– Vizcaíno: “Dama que quedaste, tan buena como entraste” (Cervantes se inventa un pareado que no tiene que ver con el euskera para provocar la risa del populacho).

– Corrigen: “Que la dama que se queda, que es vuesa merced, es tan buena como la que se ha entrado”.

En pleno siglo XX la situación de desprecio hacia el euskera era la misma que en el siglo XVI, es así como cuando el periodista Bamberger del periódico francés“Paris-Match” en el año 1976 preguntó al futuro presidente del gobierno español Adolfo Suárez sobre si se podrá estudiar el bachillerato en “vasco o catalán”, éste respondió:

– “Su pregunta, perdone que se lo diga, es tonta. Encuéntrame, primero, unos profesores que puedan enseñar química nuclear en vasco o catalán. Seamos serios…».

Hoy se sabe que la traducción del periodista francés no fue la correcta, pues como señaló Bamberger en 2014: “Suárez nunca se refirió al catalán, sólo al euskera”.

En el actual siglo XXI, aunque ya somos bilingües a la fuerza tras varias guerras forales y la posterior represión (sólo hay que recordar que los últimos euskaldunes monolingües fueron perseguidos con saña por el franquismo hasta con penas de cárcel), seguimos los euskaldunes soportando muchos tópicos sobre nuestro idioma, fruto en general del menosprecio ancestral de España hacia las lenguas que no sean el castellano, negando que su literatura o un mínimo conocimiento -aunque sea a un nivel muy básico-, formen parte de la enseñanza de los escolares españoles, por lo que los tópicos y el menospreciose mantendrán en el tiempo, convertido el castellano en el único idioma español mediante sucesivas leyes coercitivas (se puede leer un resumen de las mismas en: http://nafarzaleak.blogspot.com.es/2015/12/250-anos-de-leyes-contra-el-euskera-y.html).

Veamos qué tienen de verdad algunos de los tópicos que aún sostienen en general los españoles sobre el euskera (aplicable también a los franceses):

– El vascuence es dificilísimo, mira que empeñarse en hablarlo pudiendo hablar el castellano que es super fácil. Es fácil para el que lo sabe desde la infancia, para nadie más: verbos irregulares, artículos con géneros masculinos y femeninos, fonemas inexistentes en otros idiomas etc. ¿Es el euskara más difícil que el castellano? Es indemostrable pues la facilidad o dificultad de un idioma está condicionado por el conocimiento previo que tenga esa persona de otros idiomas.

La Empresa americana Indibon de Silicon Valley elabora el mapa WALS (http://wals.info/). En el año 2013 dirigido por Tyler Schnoebel estudió 239 idiomas donde observó el orden en la frase de 21 factores, haciendo una escala de los idiomas se desviaban de la media. Eran factores como la posición del objeto directo, del verbo, del nombre, del adjetivo etc., justo de lo que hacía mofa Cervantes como hemos visto. El idioma que tenía mejor media y por tanto era el “más normal” era el hindi de la India y el que más se desviaba era el idioma nativo de la región de Chalcatongo en México. Pues bien, entre los “más raros” o que más se desviaban de la media estaban el inglés, el francés y el español. El euskera estaba el 230, por lo que es de los más “normales” en la composición de sus frases a nivel mundial (http://www.berria.eus/hara/2584/euskara_hizkuntza_arruntenetako_bat_da_azterketa_baten_arabera.htm).

– En vascuence hay muchas cosas que no se pueden decir por lo que usan préstamos del castellano o incluso del inglés, como “futbola”. Lo curioso es que el castellano – tal y como lo hacen todos los idiomas del mundo- sí que puede coger palabras del inglés, francés, árabe, griego, italiano etc., incluso del catalán, gallego o euskara (hasta 95), sin que nadie se pregunte por qué el euskara no puede hacerlo o por qué resulta extraño. Se conoce que se quiere presentar al euskara como algo “confuso u oscuro” con palabra muy difíciles, por lo que cuesta aceptar que la mitad de su léxico proviene del latín o del griego.

– El vascuence que hablan es totalmente artificial, es un vascuence “batua” que nadie entiende. El castellano se unificó en el siglo XVIII por orden de su nuevo rey que no lo hablaba, el primer Bourbon de nombre Phillippe de Anjou, nacido y criado en Versalles (Francia). Este primer rey francés, castellanizado como Felipe V, creó la Biblioteca Nacional Española (1712) o la Real Academia Española (RAE, 1713), por tanto logró la unificación del castellano tras el primer intento fallido de Antonio Nebrija (1492). Luego, el castellano o español que hablamos hoy es un “español batúa” o unificado, pues el que haya una Real Academia de la Lengua Española hace que el español se esté constantemente unificando a diferencia de otros idiomas que no tienen tal academia como es el caso conocido del inglés, dando por buenos la RAE unos términos y otros no, haciendo que uno de sus dialectos (bastante artificial por cierto) sea el oficial y no, por ejemplo, el castellano que se habla en Cádiz.

Francia creó una lengua “franca” o central (“batua”) dentro de los diversos dialectos de las “lengua de Oíl” con Francisco I en 1539 (Ley “Villers Cotterêts”), dialecto administrativo y totalmente artificial que hoy es el idioma oficial y hablado en toda Francia.

El euskara se intentó unificar en los siglos XVI-XVII con Leizarraga (por mandato de la reina Juana III) y la Escuela de Sara, se interrumpió este esfuerzo por la ocupación militar del reino nabarro en su parte continental por Francia (1620) hasta el Congreso de Arantzazu en los últimos años del franquismo (1968) que retomaron el tema, a imitación de lo que se había hecho con el castellano-español y la lengua de Oíl-francés.

– Encima hablan un montón de dialectos y no se entienden entre sí. Cuantos más hablantes tiene un idioma más dilectos tiene (de ahí la creación de los “batua”), en el caso del español son incontables: dialecto andaluz, el argentino, el mexicano etc. así hasta 90, además de una multitud de subdialectos. Durante la unión política que supuso el reino de Nabarra, los dialectos del euskara desaparecieron o casi según el lingüista Koldo Mitxelena, hoy las mayores diferencias existen entre el euskara de Iparralde y el de Hegoalde, ¿por qué será?

– El euskera es un idioma rudo como el alemán. En realidad es justo lo contrario, la no existencia de “trabadas” (salvo préstamos) en euskera (sonidos como pra, pre, tra, tre etc.), hace que al euskaldun al hablar en castellano le cueste mucho vocalizarlas, lo mismo que las palabras que empiezan por “r” y que en euskera no existen, incluso los préstamos del latín o del castellano se adaptan poniendo una vocal por delante: ropa (arropa), rotar (errota –molino-), roca (arroka) etc.

– El vascuence es un idioma donde algunas palabras y las frases son súper largas. Quienes afirman esto, no sabrían decir ni una sola frase y ni siquiera una palabra larga en euskara, pero por si acaso lo afirman con convicción castrense. Quizás la confusión provenga por la supuesta largura de algunos apellidos, lo cual es más comprensible, por ejemplo: Makazagaleanizbarrutia. Pero realmente sólo es una cuestión de la sintaxis que impone la Real Academia de la Lengua Vasca (Euskaltzaindia), pues son sólo uniones de apellidos. Quizás con un guión para separar apellidos se entiendan mejor o unidos con una conjunción, al estilo de los apellidos castellanos como “García-Borreguero de Luna” en vez de “Garcíaborreguerodeluna”, quedaría entonces algo así: Makazaga-Leaniz eta Barrutia; aunque suena a hidalgo «vizcaíno», fingido o no.