Día Mundial del urbanismo, el Ensanche de Bilbao, 1876-2016

Hoy 8 de noviembre, Día Mundial del Urbanismo desde 1949 a petición del Instituto Superior de Urbanismo de Buenos Aires, se pretende concienciar a los habitantes del mundo de la necesidad de ambientes urbanos donde la actividad social se realice en las mejores condiciones posibles.

Hace ahora 140 años, el 30 de mayo de 1876, se aprobó por el Ministerio de Fomento el Proyecto de Ensanche de Bilbao redactado tres años antes por los ingenieros de Caminos, Canales y Puertos Pablo de Alzola y Ernesto Hoffmeyer y el arquitecto Severino de Achúcarro, pero la segunda Guerra Carlista impidió que se tramitase.

Los ensanches son una consecuencia de la sobresaturación de los núcleos fundacionales de las ciudades limitados parcialmente en su desarrollo por condicionantes geográficos, ríos, puertos, montes; elementos artificiales estratégicos como murallas; o por escasez de terreno en su jurisdicción municipal. Como alternativa espacial y morfológica será una ciudad nueva, de superficie mucho mayor organizada en una trama reticular, teóricamente ilimitada, pero regular con continuidad de trazado y concretada en manzanas cuadrangulares, de unos 100 x 100 metros como modelo, separadas por una malla de calles de anchura aproximada a la altura de los edificios previstos. Se trata por tanto de un eficaz sistema de ordenación de las poblaciones de una enorme relevancia urbanística y arquitectónica.

Esta nueva disposición urbana generalizada en casi toda Europa desde la segunda mitad del siglo XIX responde a las aspiraciones de una floreciente sociedad burguesa, surgida de la industrialización y las actividades mercantiles, comerciales y financieras derivadas de tan gran desarrollo económico que servirán a un nuevo tipo de ciudadano y forma de vida. Como espacio físico será la solución a los graves problemas de higiene, saneamiento y suministro de agua principalmente y en su ámbito admitirá la yuxtaposición de viviendas, industrias y las nuevas necesidades de equipamientos educativos, sanitarios, mercados, ocio….que servirán incluso a la totalidad de la población.

Se trata de una parte muy reconocible de la ciudad, en ocasiones la principal, y allí donde por diversas razones finaliza el ensanche suele aparecer un trazado desordenado y los bordes anárquicos de muchas urbes. La apreciación social por parte de sus habitantes y su significación como un hecho urbano rotundamente diferente propiciarán la valoración del núcleo primitivo como el centro histórico, la parte o casco viejo de la ciudad en su aspecto morfológico, histórico y cultural, y que con el tiempo los ensanches adquieran una valoración creciente por sus cualidades urbanístico-arquitectónicas.

Antecedentes
El Ensanche que hoy disfrutamos estuvo precedido de otros dos proyectos que contemplaban esa expansión, por facilidad topográfica, en los terrenos de la colindante anteiglesia de Abando separada de Bilbao por la ría. El primero, conocido como Puerto de la Paz, de 1807, concebido por el arquitecto Silvestre Pérez con un criterio portuario comercial propio del momento fue muy polémico y prontamente olvidado, no dejando apenas referencias para los posteriores. Existía una apremiante necesidad de crecimiento que requería un espacio vital de expandirse, de extensión o ensanche ya que la villa en 1860 tenía 17.969 habitantes hacinados en 28,9 hectáreas.

El segundo, de 1862, del ingeniero de C.C.P. Amado de Lázaro era una propuesta ambiciosa con amplitud de miras tomando como referencia y modelo incluso formal el Ensanche de Barcelona proyectado por el ingeniero Ildefons Cerdá en 1859 que creará una pauta a seguir por numerosas ciudades del Estado: Madrid (1860), Donostia (1864), Iruña (1920) entre tantos otros.

Suponía una propuesta progresista de gran preocupación higienista con una concepción generosa en espacios. Intuía las repercusiones que tendría la industrialización, la implantación del ferrocarril y consecuentemente un gran crecimiento demográfico previendo una necesidad de incorporar 254 hectáreas de las anteiglesias limítrofes.

El emplazamiento más adecuado se hallaba en Abando, 229 Ha. en un terreno algo urbanizado u ocupado, y parcialmente en el paraje de las Huertas de la Villa perteneciente a la anteiglesia de Begoña. Siendo el proyecto bueno era difícil de materializar por la amplitud de calles y las grandes expropiaciones a realizar, siendo invalidado por una sociedad que presionó especulativamente para impedirlo. Designados por la corporación municipal el 2 de noviembre de 1871, Alzola, Hoffmeyer, y Achúcarro tuvieron en el proyecto precedente unas referencias muy útiles que traducirán de modo conveniente.

Morfología del Ensanche
Entre los propósitos del plan figura una conexión fácil y rápida de los nuevos barrios, y entre ellos y la trama existente, calles rectas lo más largas posibles manteniendo los trazados así como las edificaciones ya existentes en la zona prevista de expansión y dedicando a jardines las zonas de topografía compleja.

El nexo entre la ciudad antigua y la nueva será el Puente de Isabel II (Arenal), el único disponible desde 1848 para carruajes con el de San Antón. En cuanto a trazado será una larga recta de 1.600 metros en dirección este-oeste que partirá de la encrucijada (actual plaza Circular) de las calles de la Estación (Nafarroa) con gran actividad hacia el puente, de la Sierra (Buenos Aires) que comunicaba con los muelles y almacenes de la ría y de la carretera de Balmaseda (Hurtado de Amezaga) y en contacto con la antigua estación del ferrocarril de Tudela a Bilbao (1864). En el extremo opuesto, la Casa de la Misericordia (1872) cercano los muelles y fondeadero de Olabeaga.

Esta alineación marcará la Gran Vía de San Mamés, como se le denominó inicialmente, prevista con una anchura de 26 metros, posteriormente corregida hasta los 30 que posee. En su centro será atravesada perpendicularmente, dirección norte-sur, por un Boulevard (Rekalde) de 1.115 metros de línea uniforme con una anchura de 20 m. En forma de aspa la atravesarán dos calles oblicuas de 18 m. (Elcano y Ercilla). En esta importante intersección se dibuja y construye una gran y hermosa plaza elíptica de 140 x 110 metros con perfil cóncavo en su centro para facilitar la prolongación de las visuales.

Homenaje
Como homenaje a sus autores Achúcarro, Alzola y Hoffmeyer, por esta gran aportación a la cultura urbana merece la pena recordar la frase que citan en la memoria del proyecto: «hemos creído deber contentarnos con lo que juzgamos bueno y prescindir de la mejor, que suele ser casi siempre impracticable…».

NAIZ