Patrimonio baskón y nabarro en la Merindad de Zornotza

“La introducción y el asentamiento del cristianismo, para los cuales se dan fechas muy diversas (válidas posiblemente las tempranas y las tardías a la vez, para diversas partes del país), contribuyeron a la consolidación del nuevo orden, cuya culminación podemos poner en el establecimiento del reino de Navarra, nuestra mayor realización política”

Koldo Mitxelena en “Lengua común y dialectos vascos, 1981”

La leyenda recogida por Juan E. Delmas (1820-1892 Bilbao) cuenta que dos hermanas muy devotas de la casa Etxezarra de Dima eran feligresas de Santa María de Etxano, pero la distancia de 2 leguas que recorrían para acudir a misa, hacía que muchas veces las campanas que anunciaban la elevación de la sagrada hostia, les obligara a postrarse en el camino en mismo lugar, lo que tomaron como una señal y decidieron fundar una iglesia que llamaron de Amorebieta, «amor de dos».

El nombre de Zorrontza se daría a la comarca de Amorebieta por el linaje de ese nombre venido desde el valle de Aiala a principios del siglo XIII o finales del siglo XII, encabezados por Pedro de Salcedo. Dentro de la historia conocida, la Torre de Zorrontza fue erigida por el tenente nabarro Pedro Gartzea de Galíndez, cuarto señor de Aiala, en la comarca de Amorebieta a mediados del siglo XII, principales pobladores de la zona. Realmente, “Amore” podría ser una denominación antigua para “torre” o algún tipo de construcción militar, de ahí la palabra “amore-eman”: darse por vencido.

En esta torre tuvo su residencia el Merino o Juez Mayor de la merindad, por lo que adoptó el nombre de Merindad de Zorrontza o Zornotza separada de la merindad de Durango, pero ambas probablemente dentro del condado de Durango encabezado por un “tenente” nabarro. El irunés Iñaki Sagredo Garde en “Intervenciones arqueológicas en las tenencia de Aitzorrotz y Zaitegi” (edit. Nabarralde 2011), comenta que: “El tenente recibe parte o la mitad de las rentas del territorio y la totalidad del impuesto de multas o caloñas, además de otros emolumentos designados por la fórmula de mesnadería o pago anual por mantener sus armas y caballos prestos para acudir a la hueste real”. Mientras, el oficio del merino era dar la sentencia en las querellas y causas de justicia, teniendo el dominio de la región en donde se constituía su oficio.

Existente tenentes (y probablemente también merinos) desde Sancho I Garcés a principios del siglo X y hasta Teobaldo II a mediados del siglo XIII, el cual impone el modelo de la Champaña de sólo merinos y Merindades, de menos atribuciones, pero la Nabarra Occidental ya había sido invadida para entonces.

En Bizkaia se constata la figura del merino desde el siglo XI (“Blagga Esteriz merino de Bizcahia” que aparece en 1082 en la “Carta San Millán”), por lo que el de merino era un cargo administrativo inferior al de tenente, que en nuestro caso correspondería al señor de Bizkaia, que ostentaba además el título de conde de Durango, donde se insertaba la merindad de Zornotza. Según Garcia de Cortazar en “Bizkaia en la Edad Media” (1985 tomo I pág. 67) el “Alfoz” era lo mismo que merindad.

La tenencia o señorío de Bizkaia quedó compuesto por cuatro merindades, que eran: Arratia, Busturia, Markina y Uribe, a las que se añadió sobre el siglo XIV las de Bedia (con las poblaciones de Bedia-Lemoa, la más pequeña) y las dos del duranguesado de Zornotza y Durango.

José María Lacarra “Historia del Reino de Navarra en la Edad Media”: “A finales del siglo XII se van reduciendo las funciones del tenente a medida que se desarrolla el régimen municipal; su misión apenas pasa de encargarse de la defensa de la fortaleza y de cobrar determinadas rentas. Algunas desaparecen y las funciones administrativas que antes desempeñaban en su distrito son ahora ejercidas por merinos u otros funcionarios reales con más amplia jurisdicción territorial”. Las merindades se desarrollan por tanto a finales del siglo XI y sobre todo del XII, reducen el poder de los tenentes como lo era el señor de Bizkaia, motivo de un gran descontento de estas poderosas familias con el reino baskón al que algunas traicionaron.

En San Millán de la Cogolla se habla de la población de Etxano en el siglo XI como localidad importante y un asiento de abad “domno Monnio Egganno”, el cual aparece como testigo en una donación a San Vicente de Ugarte por el señor de Bizkaia. En Etxano se cuenta que: «En su jurisdicción se levantaron, durante el medioevo varias casas solares y armeras: las de Larrea (fundada por los alabeses Zarate), Alzaibar y Arechaga de 1038, las de Belaustegui y Nafarroa, enclavada esta última a 500 mts de la parroquia de Amorebieta, en uno de cuyos ángulos estuvo plantada la mojonera o limite divisorio entre el señorío de Bizkaia y el ducado de Durango, los bizkaínos de común acuerdo, la arrancaron el 28 de Enero de 1150 (ante la ocupación castellana que pretendía usarlo como mojón entre ambos reinos, se trata probablemente del 1150 de la Era Hipánica, es decir del año 1188, aunque cuadra mejor con los acontecimientos de 1198). La Torre de Larrea data del año 877 y su fundación se atribuye al rey Iñigo de Navarra (sería el hijo de Eneko Aritza, Garsea Eneko por tanto Eneko el “joven” o en romance Iñigo García, años 852-882), que la cedió junto a un extenso señorío a su alférez mayor Iñigo de Lara». « (…) En Amorebieta fueron las casas solares y armeras, base de la acción pobladora. Las más antiguas son la de Andrandegui, la de Aldana (año 844), Cancelada, Garay, Zubiaur, Jauregi, Ibarra y Berna (…)».

Por tanto, éstas serían las familias defensoras del reino nabarro durante las invasiones de 1198 y 1199-1200. En Etxano existe hoy en día el topónimo “Nafarroako errota” y una zona llamada Nabarra[1], el mojón de Durango con Bizkaia estaría posiblemente sobre el puente que conduce desde las campas de Nabarra a la iglesia de Amorebieta y donde hoy quedan tres cruces del vía crucis. El barrio de Gumuzio de Galdakano, Kortederra, fue segregado en parte e integrado en Etxano a mediados del siglo XIX, por lo que hoy la frontera del duranguesado se ha corrido varios kilómetros.

Hasta el siglo XIX se usaron los nombres de Zorrontza (hoy se usa más Zornotza) y Amorebieta indiferentemente. Fue incendiada la torre del merino en 1445 dentro de la guerra de banderizos por los “frailes de Castro”, en realidad soldados mercenarios.

El listado adjunto de lo que queda de todo aquél patrimonio que construimos en libertad es aproximado, tomando como referencia la tesis doctoral de Iñaki García Camino publicada en el libro “Arqueología y poblamiento en Bizkaia, siglos VI-XII” (2002).

Son iglesias bizkaínas del siglo XI según Esteban Jaime de Labayru (Batangas –Filipinas 1845 – Bilbao 1904): Santa María de Busturia, Santa María de Mundaka, San Miguel de Bermeo, Santa María de Alboniga, Santa María de Garay (que pasó a ermita en el 968, duranguesado), Ziortza (o Cenarruza, primer Abad documentado D. Blas en una escritura del Sr. de Bizkaia D. López Iñiguez), Abadiano –duranguesado-, San Martín de Iurreta -duranguesado, San Vicente de Muxika, San Agustín de Etxebarria –duranguesado-, Bolibar, Arantzazu (Arratia), Mungia, Bareci, Gorritiz, Etxano, Munitibar y Santurce (con el nombre de San Jorge de Somorrostro, 1075) y, en lo que corresponde Amorebieta-Etxano: Tuda (Dudea), donde se haya la ermita con advocación nabarra de San Miguel de Dudea.

1. Dudea (Amorebieta-Etxano): En el barrio de Dudea hay un sepulcro similar a los del duranguesado, en la ermita de San Miguel de Dudea. Dos ventanas abiertas en el muro del templo se consideran románicas también, aunque la datación de éstas no es tan clara. En Dudagoitia está la ermita de San Martín de Arano, la cual, por la advocación y la ubicación, podría también ser muy antigua (hoy totalmente reformada).

2. Sarasua (Amorebieta-Etxano): ermita de San Pedro del siglo XVI que podría estar sobre otra anterior por un sepulcro usado como abrevadero, trapezoidal-antropomorfo, datable de los siglo X-XI.

3. Etxano (Amorebieta-Etxano): San Bartolomé en Etxano. Una estela tabular recuperada del pórtico de Santa María inscrita con el texto habitual del duranguesado, es datable del siglo X.

4. Etxano: su iglesia de Santa María de Etxano estaría ya edificada en el siglo XI donde estaría el abad de “Eggano” mencionado. No quedan restos aparentes de esta primera construcción.

5. Ergoien (Amorebieta-Etxano): San Juan Bautista en el monte Bizkargi del siglo XVI. Tiene reutilizado a ambos lados de la entrada una estela altomedieval discoidea de motivos astrales con dos anillos concéntricos desde radios curvos y con orla dentada similar a las ya descritas datables de los siglos VII al VIII.

6. Bediaga (Amorebieta-Etxano): En el monte Mugarra, ermita de San Vicente del siglo XVI. En la campa adyacente se hallaron sepulcros monolitos y otras sepulturas pendientes de estudio probablemente altomedievales.

7. Bernagoitia (Amorebieta-Etxano): San Miguel de Bernagoitia, recinto originalmente románico.

8. Gorozika (anexionado a Muxika en 1965): Estela discoidal en el caserío Aitzerrieta. Sería Ibargorozika del documento de 1082 del tenente de Bizkaia Lope Iñiguez y su mujer Triclo.  En la ermita San Miguel de Urrialdu hay una ventana monolítica del siglo XI.


[1] http://www.amorebieta.net/entradahist.htm. http://www1.euskadi.net/harluxet/