Tricentenario: la memoria nos hace insumisos

No hay duda de que la conmemoración del Tricentenario de los hechos de 1714 tendrá gran relevancia en Sant Cugat, como ya se pudo ver, meses atrás, en el anteprogramas editado por el Ayuntamiento que presentaba una gran diversidad de espectáculos culturales, como conciertos, exposiciones, conferencias y representaciones teatrales. Y además, todo hecho en casa. Quiero decir que lo que se está haciendo no viene de fuera, sino que es Sant Cugat quien lo aporta, ya sea por medio de autores, intérpretes, orquestas, corales, museos, entidades locales o participación ciudadana.

Durante trescientos años nos han ocultado la historia, nos han dicho que nosotros, con nuestro nombre, no tenemos historia. Aunque lo dicen ahora, sin sonrojarse. Dicen que Cataluña no es ninguna nación, que Cataluña nunca ha tenido un Estado y que los catalanes nunca hemos existido como tales. Incluso hace poco, haciendo gala de un analfabetismo que provocaba vergüenza ajena, el presidente del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, Alberto Fernández Díaz, afirmaba en un acto en el Born que todo es una gran mentira y que los catalanes, en el sitio de Barcelona, morían gritando ‘¡Viva España!’ Sin comentarios. Lo que no dice Fernández Díaz es que en aquel tiempo llamaban ‘botiflers’ (traidores) a los que, como él hace hoy, defendían el sometimiento de Cataluña a las leyes de Castilla.

Todos los colonizadores quieren borrar la memoria de los pueblos que han colonizado. Saben que la memoria les hace insumisos y que eso, tarde o temprano, los acaba liberando. Esta es la razón por la que necesitan lavar el cerebro por medio del negacionismo. El españolismo nos quiere ignorantes, porque la ignorancia hace sumisa a la gente. Necesitan que ignoremos que nos masacraron, que nos obligaron a destruir nuestras propias casas, que incendiaron nuestras ciudades, que ejecutaron a infinidad de personas, que prohibieron nuestra lengua y que el Decreto de Nueva Planta -que era el decreto de aniquilación de Cataluña- continúa vigente. Nunca ha sido derogado.

El Partido Popular, que es hoy quien vela por la vigencia de aquel decreto, negaba la historia desde la Sala Moragues del Born. Es decir, la sala que homenajea al general Josep Moragues a quien Castilla, para escarnecer la nación catalana, cortó la cabeza y la tuvo doce años colgada en una jaula a la vista de todos en el Portal de Mar. Alguien, por tanto, debería preguntar al PP dos o tres cosas: si Cataluña estaba subordinada a Castilla, ¿por qué necesitaban acosarla, invadirla y masacrarla? Si sólo había una nación, ¿por qué hacer desaparecer todas las universidades catalanas? Si los catalanes somos españoles, ¿por qué necesitan españolizarnos?

SANT CUGAT