Independentziarik gabe, bakerik ez

Dada la asiduidad con la que se está hablando últimamente de la paz y de otra serie de conceptos asociados a la misma, yo quiero hablar de la paz de Euskal Herria.

Ante la irreversibilidad del fin de ETA, se nos está diciendo que ya ha llegado, o está a punto de llegar a nuestro Pueblo Vasco la ansiada Paz; pero yo disiento total y absolutamente de dicha afirmación, ya que falta, precisamente, la principal condición para conseguirla: LA LIBERTAD.

He criticado la trayectoria de ETA en los últimos 50 años pero nunca he renunciado al derecho a la legítima defensa, y así, con esa autoridad política, puedo decir que no hay verdadera paz en nuestro Pueblo.

Francia y España intentan hacernos desaparecer como sujeto político a los vascos; nos niegan el derecho de AUTODETERMINACIÓN; Nuestro pueblo está dentro de sus Estados a la fuerza, y bajo el dominio de sus constituciones, que proclaman que su unidad es indisoluble, que la soberanía reside única y exclusivamente en la totalidad de los ciudadanos de todo su Estado, y que todo ello lo garantiza el ejército. Por tanto, yo me pregunto: ¿dónde está la PAZ? Yo no la veo por ninguna parte.

Aquí y ahora, para poder decir realmente que se da la PAZ, no hay sino dos alternativas. Una, la que propician España y Francia: que desaparezcamos como Pueblo y, por tanto, que seamos totalmente fagocitados (la paz de los cementerios). Y la otra, por la que luchamos, la independencia, es decir, la recuperación de nuestro propio Estado; mientras sigamos vivos, esa es nuestra única alternativa para la PAZ.

Podrán darse épocas más o menos crispadas que otras, pero la historia, sin necesidad de remontarnos demasiado, nos demuestra que la respuesta de resistencia extrema (estratégica o infraestratégica) a la violencia de siglos en la que se fundan y que actualmente practican los Estados español y francés rebrota una y otra vez. Basten como ejemplo, entre tantos, las guerras carlistas, la guerra del 36, el nacimiento de ETA en la época franquista, etc. etc.

Sin independencia, ninguno de nuestros problemas tiene solución. Si bien, mientras tanto, no podemos abandonarnos en ninguna de nuestras muchas tareas. Pero solamente la independencia nos proporcionará los cauces, las condiciones y las posibilidades de abordar nuestros temas lingüísticos, culturales, identitarios, sociales, económicos, judiciales, políticos, etc. etc.

Un reto difícil pero estimulante y esperanzador.

La independencia es, para nosotros, el objetivo estratégico prioritario. Por eso debemos ver con suspicacia todo cuanto nos distraiga de ello o nos lo retarde.

INDEPENDENTZIA DA BAKEAREN ETA DEMOKRAZIAREN ABIAPUNTUA.

*Orreagako kidea.