Fernando el Falsario (I)

EL PADRE DE FERNANDO

Juan II de Aragón fue rey consorte hasta la muerte de la reina, Blanca I de Nabarra (1425-42), entonces pretendió seguir gobernando Nabarra ante la minoría de edad de su hijo Carlos IV de Nabarra, que sólo firmó como príncipe de Biana hasta su asesinato, es decir, como heredero al título real .

Hubo una guerra civil entre partidarios del padre, Juan II «el Usurpador», y del hijo, Carlos IV «príncipe de Biana», que ganó momentáneamente el padre tras su victoria en Aibar-Oibar.

Juan mandó apresar a Carlos IV en 1456, desheredó también a su segunda hija Blanca III y finalmente hizo reina a su tercera hija, Leonor I (1420-1479), partidaria suya y de cuyo marido, Gastón IV de Foix, obtuvo ayuda militar.

Juan II heredó el reino de Aragón en 1458 al morir su hermano Alfonso V de Aragón sin hijos. Por tanto Carlos IV, Príncipe de Biana, era el heredero natural de los dos reinos: Aragón (que incluía Catalunya) y Nabarra, que se verían unidas otra vez desde la muerte de Alfonso I el Batallador (1134).

Juan II se casó en segundas nupcias con Juana Enríquez, hija del almirante de Castilla, a la que nombró, contra la voluntad de los nabarros, gobernadora de Nabarra, y con la que tuvo un hijo, Fernando II, luego nombrado por la Iglesia Católica como «el Católico», pero que pasará a la historia de Nabarra como «el Falsario» por los motivos que veremos.

Juan de Aragón, «el Usurpador», reunió las Cortes en Estella y nombró de forma oficial heredera a su hija Leonor y a su marido, los beaumonteses hicieron los mismo en Pamplona con Carlos IV, pero éste, que no estaba presente, se negó después a aceptar.

Sí aceptó la corona de Aragón en Barcelona en un discurso en catalán en 1461. Carlos fue aclamado en Barcelona, por la burguesía principalmente, donde se le declaró primogénito y heredero de todas las posesiones y reinos de su padre.

Carlos IV no llegó a ostentar corona real alguna y fue mandado envenenar por su madrastra en 1463 a los 40 años, la madre de Fernando el Falsario. Fue enterrado en la catedral de Barcelona pero su cuerpo fue trasladado a Poblet, donde se le veneró como santo milagrero sin obtener la bendición vaticana. En el mismo templo fue enterrado después su padre, Juan de Aragón.

En el año 2008, las pruebas de ADN que se han hecho al supuesto cadáver de Carlos IV, han demostrado que no era él el enterrado en el monasterio de Poblet, sin que se sepa que ocurrió en realidad.

La hermana de Carlos, Blanca, que era la mayor a la muerte de Carlos y por tanto la legítima heredera de Nabarra al no existir la ley sálica en el reino que impedía reinar a las mujeres, había sido recluida por su padre en la torre de Moncada, y también fue mandada envenenar al año siguiente por su progenitor.

Otra hija de Juan de Aragón, Juana, fue entregada por éste a sus consuegros, los Foix, que aspiraban a la corona mediante el casamiento de Gastón IV de Foix con Leonor, como así fue. Los Foix encerraron a Juana en su torre de Orthez (Beárn) y la envenenaron finalmente.

En 1468 murió la madre del Falsario, Juana Enríquez, de cáncer de pecho, en su lecho de muerte exclamó: «¡oh hijo qué caro me cuestas!», pues creía que la enfermedad se la había causado su primogénito. Antes de morir, confesó el envenenamiento del príncipe Carlos.

El hijo de los fraticidas:

Fernando Trastamara nació en 1452 cerca del pueblo de Sos límite entre Nabarra y Aragón, gracias a que su madre, estando casi de parto, salió corriendo de la Corte Nabarra que estaba en Sangüesa (a poco más de 10 Km.), para que su hijo naciera en tierras aragonesas, pero pariendo por el camino sin que se sepa en qué reino nació realmente.

Fue en el caserón de Sada en Sos donde la madre de Fernando se recuperó del parto. Desde Sos se divisa también el territorio de la familia de Xabier y el monasterio de Leire. Sos (Zauze en euskara), territorio del pueblo baskó(n), perteneció en su momento al reino nabarro y aún se hablaba euskara cuando nació Fernando, tal y como señala Jimeno Jurio en su libro «Nabarra, historia del euskara» (Pamiela 2006).

Este pueblo es conocido desde el nacimiento en él de Fernando como Sos «del Rey Católico», de ahí la famosa frase Nabarra de «mecagüen Sos» (del rey Católico), forma de insultar la memoria de este rey nefasto para Nabarra y los nabarros sin nombrarlo, comparable en este adjetivo a Alfonso VIII que ocupó la Nabarra Occidental.

«Reconocido heredero de la corona aragonesa a la muerte de su hermanastro Carlos, príncipe de Viana (1461), fue coronado como Rey de Aragón en Calatayud; fue nombrado lugarteniente general de Cataluña (1462) y, en 1468, rey de Sicilia. Con dieciséis años tuvo amores con una dama llamada Luisa de Estrada, de la que nació su primer hijo, Alfonso de Aragón, el cual llegaría a ser arzobispo de Zaragoza «. Accedió a la corona aragonesa a la muerte de su padre en 1479.

El príncipe Fernando se casó a los 17 años con su primera esposa, Isabel, de 18 años, heredera al reino de Castilla (el reino de Aragón-Catalunya contaba con 1 millón de habitantes y Castilla con 6 millones). Lo hicieron en secreto en Valladolid ante la oposición de otros herederos a las coronas aragonesa y castellana en 1469.

Su lema era «tanto monta, monta tanto Isabel que Fernando», proviene de la sentencia arbitral de Segovia, por la cual ambos se ocupaban por igual de los asuntos públicos de los dos reinos donde regían, Aragón y Castilla.

Eran ambos de la misma familia, los Trastamara, parientes bastardos de Alfonso XI de Castilla, cuyo origen era el condado dado por éste a un hijo ilegítimo suyo, Enrique II Trastamara «el Impotente».

Debido a su parentesco de primos, la boda no era posible ante los ojos de la Iglesia; el Arzobispo de Toledo tuvo que falsificar una bula papal por encargo del padre de Fernando, Juan de Aragón «el Usurpador». No fue la última vez que Fernando recurrió a este truco por lo que se ganará el apodo de «el Falsario» como se verá.

Los dos novios, que se conocieron 4 días antes de la boda, se casaron finalmente. No hubo nada de romanticismo en su matrimonio sino puro interés político.

No fue hasta el año 1475 cuando Fernando gobernó y firmó actas en los reinos de Aragón y Castilla, en éste último como rey consorte, pero siendo la cabeza visible pues en este reino las mujeres tenían limitados sus derechos, incluso las reinas.

En 1494 el Papa otorgó a los reyes de España el título de «reyes Católicos» y al de Francia «rey Cristianísimo», título hereditario con el que el Papa buscaba el incondicional apoyo de dos de los reyes más poderosos del momento. Se trataba del Papa de aragonés el borgia Alejandro VI (Xativa 1432-Roma 1503). España no existía aún cuando nació este Papa y Valencia era parte del reino aragonés-catalán.

El título papal de «Católicos» les fue dado por expulsar a los sefardíes (los españoles-judíos) y a los españoles-musulmanes de la península (cerca de 300.000 de los que se convirtieron menos de 50.000), etnocidio y acto execrable desde la óptica actual.

Fernando aprovechó el paraguas de la Iglesia Católica y la patente de corso que le dio para imponer su imperio de terror por el mundo en nombre del catolicismo.

En 1494 murió Isabel la Católica de cáncer, pasó el reino de Castilla a su hija Juana, pero quedó como regente su padre Fernando hasta los 20 años de su nieto, el flamenco aunque de educación germánica, Carlos de Gante. Fernando contó con la oposición de la nobleza castellana favorable al austria Felipe el Hermoso, esposo de Doña Juana la Loca, salvo el Duque de Alba, su sanguinario perro fiel. Felipe el Hermoso tomó la corona y Fernando huyó a su reino, Aragón, y luego más lejos, a Nápoles.

Se concertó una boda entre Enrique II de Nabarra, el sangüesino (Sangüesa 1503-Pau 1555, hijo da Blanca y Gastón, reyes de Nabarra), y la hija de Felipe y Juana, pero Felipe el Hermoso murió 2 meses después y Fernando el Falsario volvió a Castilla, se hizo con el poder y buscó venganza.

Ya muerta Isabel, en 1505, Fernando de 53 años se casó con Germana de Foix de 16 años, pariente de los reyes nabarros (hermana del rey Gastón de Foix y sobrina de Catalina), con la pretensión de acceder así a la corona Nabarra mediante un heredero.

Germana de Foix era a su vez sobrina de Luis XII, rey de Francia, según las crónicas de la época «muy poco hermosa y coxa», y provocó indirectamente la muerte del falsario por una disfunción eréctil que intentaba solventar mediante pócimas que le dieran la descendencia que se hiciera por la vía legal con la corona Nabarra como veremos.