Josep Pla

En toda la obra de Josep Pla, hay cientos de análisis y reflexiones sobre la política y los políticos. Un poco arrinconados y no muy conocidos, los tres volúmenes de las Crónicas parlamentarias de la Obra Completa permiten extraer una muestra suficientemente representativa. Para completarlas, hemos paseado también por su libro dedicado a Francesc Cambó, de hecho, un manual de práctica política para todo ‘policy maker’.

Estas citas políticas -que presentamos en cuatro partes- no tienen otra voluntad sino acompañar estos días de frenética agitación política con el contrapunto de las opiniones de alguien que nunca dejó de vivir y de interesarse por el futuro plausible de su país.

 

Citas políticas de los volúmenes 41 y 42 de la Obra Completa, Crónicas parlamentarias (1933-1934) y (1934-1936)

1. «La gente sólo habla y se ocupa de elecciones. No se hace nada más. Lástima que, al salir del restaurante, les cobren la cena. Si no ocurriera, el país habría entrado en una fase verdaderamente idílica»

2. «La primera finalidad de un Estado como organismo de la vida en común es evitar el devoramiento mutuo entre los ciudadanos»

3. «Una revolución, en términos absolutos, no es sino un cambio de personal. Los que ahora afeitan, remojarán, y los que remojan, afeitarán dice un viejo adagio catalán muy comprensivo»

4. «Los domingos son los días usados ​​por los buenos políticos demócratas para segregar palabrería»

5. «La suerte no suele repetirse en la vida de los hombres»

6. «Un político de estos que ahora se acostumbran, o sea un gran político que se va hundiendo a base de los éxitos que tiene»

7. «Una mayoría parlamentaria, más que fortalecer, debilita»

8. «No hay milagros en política. La vida en común absorbe de la obra de sus hombres públicos, lo que biológicamente le conviene. Las demás cosas, por más filosófica o sociológicamente elaboradas que sean, las elimina»

9. «Una cosa es la realidad de las cosas y la otra la versión meramente diplomática de estas mismas cosas. Quiero decir que no se pierde nada estando bien informado»

10. «La situación catastrófica en que se encuentra la situación social se debe a que se hace una política de desesperación»

11. «Si os dedicáis a la política demagógica, ¿quién podrá evitar que un demagogo más audaz os corte la hierba bajo los pies y os desbanque?»

12. «La teoría del desbordamiento no es del día 6 de octubre [de 1934]. Es tan vieja como la política»

13. «Es porque persiste en nuestro país el primitivismo más puro y más peligroso cubierto por una costra de civilización completamente superpuesta, que hace raro que los políticos no comprendan la gravedad de las posiciones frívolas, demagógicas y pseudo-humanitarias»

14. «La cuestión, en España, es siempre la misma: llegar a ser simpático»

15. «La familiaridad entre los políticos y los encargados de dar publicidad a sus actos se debe perder aproximadamente en la noche de los tiempos»

16. «Los periodistas dan una especie de miedo instintivo. Se les pasa la mano sobre el hombro. Gobernar significa esto: pasar la mano sobre el hombro, abrazar a la gente, hacer con los brazos estas incrustaciones que uno hace a la gente»

17. «Siempre hay un hombre más a la izquierda que la izquierda más delirante (ley eterna)»

18. «Hay cosas que no pueden ser aunque la gente haya acordado que el país no tiene lógica. ¡Sí que tiene lógica el país! Lo que hace falta es darse cuenta, seguir las cosas con seriedad y prescindir de las superficialidades y los optimismos sin ton ni son»

VILAWEB

 

 

En toda la obra de Josep Pla, hay cientos de análisis y reflexiones sobre la política y los políticos. Un poco arrinconados y no muy conocidos, los tres volúmenes de las  Crónicas parlamentarias  de la Obra Completa permiten extraer una muestra suficientemente representativa. Para completarlas, hemos paseado también por su libro dedicado a Francesc Cambó, de hecho, un manual de práctica política para todo ‘policy maker’.

Estas citas políticas -que presentamos en cuatro partes- no tienen otra voluntad sino acompañar estos días de frenética agitación política con el contrapunto de las opiniones de alguien que nunca dejó de vivir y de interesarse por el futuro plausible de su país.

 

Citas políticas del libro Cambó, volumen 25 de la Obra Completa.

1. «El político vive de satisfacciones»

3. «El nombre -cuando el nombre es el de una agrupación política- no hace generalmente la cosa. Lo que hace la cosa, en política, son los hombres»

3. «La esterilidad, humanamente hablando, siempre produce una inmensa fatiga»

4. «La lógica fantástica de todo diletantismo político: el profetismo del clown que promete hacer salir un pichón maravilloso de un sombrero de copa y hace salir una regadera ridícula»

5. «La primera obligación de un político es reconocer lo que tiene delante (*)»

6. «Cuando un partido no tiene una unidad de dirección le es imposible de mantener la cohesión de la masa. Existe el peligro, en situaciones así, de que el partido se convierta en una simple federación de casinos, de ‘coteries’, o de peñas, y que de esta vegetación salga un plantel de iniciativas geniales, contradictorias y magníficas, capaces por exceso de magnificencia y de genio de terminar de precipitar la crisis. Un casino está siempre dominado por los elementos más controversalistas, y ya se sabe que un controversalista no ha podido nunca resistir la mirada tiránica de un conserje. Así se llega a eso que todo el mundo ha podido observar por sus propios ojos: que los conserjes son en realidad los que hacen y deshacen en los casinos políticos»

7. «La pasión que es la quintaesencia de la política: la voluntad de ganar, de dominar, de gobernar»

8. «En España no ha habido una diferencia clara entre un político de oposición y un gobernante. En España un gobernante no es más que un opositor momentáneamente triunfante que aplica y realiza sus ideas de oposición. Esto explica por qué en España no se gobierna más por algo, sino que se gobierna siempre contra algo»

9. «En este país progresamos sentados»

10. «La política de montañas rusas ha fatigado la opinión de una manera indecible»

11. «Suponer que hacer política es llamar a traición ante las personas que no piensan como uno mismo es extremadamente arriesgado, porque jugar a traidores es jugar con fuego»

12. «El ideólogo, cuando hace política, lo quiere todo y lo quiere todo sobre el papel. Ahora bien: este es el mejor método inventado hasta ahora para quedarse siempre con las manos vacías»

13. «La peor plaga que puede caer sobre un país es la del extremista furioso y puro como un lirio que no le van dos o tres siglos para implantar lo que predica»

14. «La política, que es una de las grandes pasiones que puede poseer un hombre, se siente o no se siente: no acepta términos medios»

15. «Los impuros y los traidores son los que han osado hacer algo positivo por el país»

16. «El país ha hecho un gran esfuerzo para castellanizarse y no lo ha conseguido, pero el esfuerzo pesa y pesará. Hay una especie de cursilería, de cursilería, de idealismo profesional e inmoral, de inmovilidad oriental, de pueblerinismo envarado y falsificado que constituye la piedra de toque del cliché catalán vulgarizado»

17. «Un político -según la explicación más duradero de la palabra- es el hombre que tiene el don del empirismo organizador»

18. «En política, en todo proceso histórico, no hay nada aislado, no hay hechos de generación espontánea. Todo se liga y está enlazado»

19. «La esencia del problema político no es un problema de ideas, sino de hombres que manipulan ideas»

20. «Dos políticos, en el sentido eterno de la palabra, pueden entenderse siempre, sea cual sea el paralelo en el que vivan. Un político y un diletante no se entenderán nunca aunque se traten cada día»

21. «Mejor llevar los ideales algo más a pie de tierra -a la altura del corazón, que es la altura de los hombres- y mantenerlos en un estado de eficacia, de realización y de germinación»

22. «En política, más que problemas estridentes o no estridentes, hay problemas reales y problemas que no tienen realidad»

23. «Los partidos se hacen en todas partes del mundo para servir de instrumentos de dominación y de construcción»

24. «El catalán, a menudo tan crudamente realista y oportunista en las cosas de la vida corriente, tiene necesidad de encontrar en la política la parte de la vaguedad, de la irresponsabilidad y del ilusionismo»

25. «La poesía del catalán, incluso la filosofía popular del catalán, es la política»

26. «Cuando habla de política, el catalán sabe raramente lo que quiere; se coloca en un terreno de actuación imposible, sólo goza con los ideales remotísimos y -naturalmente- se fatiga tan pronto como se haya de hacer un esfuerzo de continuidad, de tenacidad y de insidia»

27. «Se repite todavía en nuestro país cada día que no hay hombres, que no tenemos políticos. De hecho, sin embargo, es todo lo contrario. Lo que no hay es pueblo»

28. «Hay dos tipos de políticos: los que parten de la idea de cómo debe ser la sociedad y los que parten de cómo puede ser. Los primeros, del hombre actual, quieren hacer la utopía siniestra del superhombre; los segundos, del hombre actual quieren hacer simplemente un hombre»

29. «La historia marcha en zigzag entre la razón de ser de las cosas existentes y la razón de ser de las cosas posibles. La mejor política de cada momento es acercarse al punto de equilibrio»

(*) ‘En la muerte de don Francesc Cambó’, dentro del volumen 33 de la Obra Completa, ‘El pasado imperfecto’.

 

De campaña, con Josep Pla (IV)

De cuando Josep Pla se presentó a unas elecciones

Quim Torra

Era el año 1921 y Josep Pla se presentó a las elecciones para diputado provincial por la provincia de Girona (distrito de la Bisbal) y poder formar parte de la Mancomunidad.

Pla acababa de cumplir los 24 años. Contaba con una breve carrera periodística, pero ya despuntaba en los círculos intelectuales barceloneses. La Liga decidió de presentarlo para cerrar el paso a la Unión Monárquica. Su candidatura ganó. Quedó el tercero de los cuatro elegidos por la Bisbal, con 3.127 votos. Elegido el 12 de junio de 1921, no se ha sabido nunca demasiado bien el trabajo que hizo en la Mancomunidad, excepto que fue uno de los escasos diputados que se opuso a la defenestración de Eugeni d’Ors. Pronto dejaría de asistir a las reuniones y reanudaría su trabajo de periodista. Nunca volvería a repetir la experiencia.

En el diario la Publicidad, escribió un artículo explicando su campaña, ‘Conciencia de un candidato’ (06/14/1921). Se encuentra recogido en el volumen 43 de la Obra Completa, ‘Caps-i-puntes’ (Jefes-y-puntas). Lo transcribimos íntegramente para poner punto y final a estos cuatro artículos ‘De campaña, con Josep Pla’.

 

Conciencia de un candidato

Un día corrió por estas tierras el runrún de que unos señores de la Unión Monárquica Nacional se presentaban a diputados por la Bisbal. Esto cayó como una bomba.

-Es inaudita esta ofensiva, decía la gente.

El caso es que los catalanistas se reunieron, y una tarde estos amigos, acompañados de los cuatro gatos importantes que la Lliga tiene por aquí, me vinieron a ver.

-Usted tiene que ir a las elecciones -me dijeron-.

-¡Hombre, no! La acción no me interesa, y la acción política aún menos -que les dije-.

-Pero tenemos que derrotar a los contrarios, esta gente de Fournier y del juego de Girona, oficiales y condecorados -replicaron-.

-Pero si yo soy incapaz de dar un paso sin cansarme antes de hacerlo.

-Los pasos ya los daremos nosotros.

Los amigos insistieron mucho rato y al final dijeron que, teniendo como tenían tres automóviles, sólo con que yo diera el nombre, la U.M.N. saldría derrotada totalmente en la Bisbal.

-Bueno, pues vamos a ello -les dije-.

Comenzamos la campaña, que para mí ha sido horrorosa. Sólo hemos tenido dos o tres días nubes y lluviosos, durante los cuales daba bien ir por carreteras, campos y viñedos. Pero casi todos los demás han sido de una claridad violenta, agria y dura. Los campos tenían un color polvoriento y seco, muy desagradable. Los automóviles levantaban nubes de polvo. Y yo, en la mano derecha, he recogido todo el ácido úrico catalanista del distrito. Sobre todo en Torroella de Montgrí, en mercado, esta transfusión del sudor del candidato con la del cuerpo electoral ha sido algo alarmante y abrumadora.

Para mí la mayor sorpresa de estas elecciones ha sido tener que hablar en público. He tenido que improvisar unos discursitos, que no creo que hayan entusiasmado a nadie. He visto que la gente me aplaude por cortesía. He tratado, claro, de prescindir del hueso, de la frase redonda y de los tópicos del artículo de fondo. Pero esto no da muchos resultados, y la gente quiere unos discursos hinchados y huecos, que les hablen del mar azul, de las oligarquías decrépitas y de cuatro tonterías por el estilo.

Me he convencido de que para ser político hace falta una gran dosis de histrionismo y de tupé. Esta dosis, para la gente, es lo único que cuenta. Al parecer, los defectos pequeños no los toleran. Pero cuando encuentran un defecto agudo, manejado con soltura y chulería por cualquier persona, entonces la gente convierte el defecto en calidad preeminente.

Me acuerdo que cuando el señor Unamuno, con motivo de la guerra, comentó el famoso ‘¡Qué tío!’ los castellanos, dije algo sobre la solución perfecta de continuidad que se puede dar en el campo visual de una persona entre los defectos y las cualidades de otra.

Algo curioso y no menos sabido es la idea que tiene la mayoría de la gente sobre lo que debería ser la política y sobre la función de los políticos. Esta idea es igual en todas partes, tanto en las grandes ciudades como en los pueblos.

Hasta que estas máximas lleguen, para muchos de nosotros -y quizás incluso cuando hayan llegado-, el mundo tendrá un sentido vacío, inexistente.

De todos modos, hay que esperar y, mientras tanto, hay que hacer unas oposiciones pintorescas a diputado provincial, que es la única manera de aburrir a los insípidos señores de la Unión Monárquica Nacional.