Artur Mas, el postmoderno de la política catalana

El presidente Mas es más que un político moderno. Es un posmoderno, pero no en el sentido filosófico del término. Lo que quiero decir es que sus propuestas se han adelantado a los tiempos y a los acontecimientos. Quizás por eso no le entienden o no le quieren entender. Y es que probablemente en el futuro podremos explicar que en el año 2015, en el momento en que más se hablaba de nueva política, existió un presidente -el 129º de la Cataluña todavía autonómica- que proponía avanzar hacia la independencia por la vía superar los partidos políticos y ceder protagonismo a la ciudadanía y a la sociedad civil organizada, a la vez que ampliaba las costuras de la democracia y rompía con la manera antigua de hacer política.

Esto es lo que sucedió el pasado sábado en Molins de Rei. Cuando todo el mundo esperaba que se cumplieran los anuncios de los hombres que le rodean y se anunciara la famosa lista del presidente, Mas dio un salto mortal y pidió a la ANC, a Òmnium y a la AMI que dirigieran la configuración de una lista de país con el presidente o incluso sin él, por decirlo al estilo del afinado y acertado artículo de Agustí Colomines (*) en esta misma publicación. Como ya deben imaginarse, porque eso mismo le pasa a mucha gente que conozco, al escuchar el anuncio del presidente en el Telediario del Mediodía quedé muy desconcertada. Sin embargo, una vez encajada la sorpresa, les confieso que la propuesta me gustó y creo que demuestra la capacidad de innovar, de crear tendencia y de generar nuevos conceptos que tiene el presidente Mas. Pese a que de entrada nos deje con un palmo de narices, lo que nos propone es muy real y posible de hacer para resolver el mayor callejón sin salida que la política catalana ha tenido durante los últimos años. Lo que hizo Mas demuestra que apostó por «hacer país» en vez de «hacer partido». Una lista unitaria y transversal confeccionada por las entidades soberanistas nos aproxima más hacia la libertad y la independencia que la división convencional. ¿Qué más podemos pedir?

Ahora bien, lo que es evidente es que la propuesta del Presidente a las entidades no es sencilla de llevar a cabo. Al contrario. Aún más conociendo los complicados equilibrios de estas instituciones. Sin embargo, yo les doy confianza y sé que decidirán lo mejor para un país que queremos libre en breve y que serán fieles a todo lo que han reivindicado durante años. Por lo tanto, intentaré contribuir a su decisión señalando algunas virtudes que creo que tiene la propuesta del presidente. Quizás sean útiles y todo.

Primera. Da una solución a las encuestas que afirman que los independentistas no suman y supera el sistema de partidos de la Cataluña autonómica. La última encuesta que GESOP ha hecho para El Periódico no es una buena noticia para el independentismo en general y menos para aquellos que han defendido que las listas separadas eran la mejor solución para lograr una mayoría absoluta. Desde hace tiempo se dice que los partidos políticos actuales no servirán para la Cataluña independiente, pero parece ser que el cambio de esquema se puede producir antes de la proclamación de la independencia. Hoy los partidos tradicionales ya han quedado anticuados. Así pues, no hay que seguir defendiendo las actuales organizaciones políticas y, por el contrario, sí que hay que hacer caso de unas encuestas que indican un cambio de tendencia. Hace mucho tiempo que defiendo que una lista conjunta es la solución. Hoy, más que ayer, la propuesta de Mas podría generar la ilusión que ahora falta y dar la vuelta a unos resultados no del todo estruendosos.

Segunda. La lista de las entidades generará la ilusión que hace falta. El proceso es como una montaña rusa. Quiero decir que los partidarios de la independencia han vivido momentos de mucha euforia y momentos en que el apoyo social ha parecido desvanecerse y desfallecer. Y sin embargo una cosa es clara: los momentos de máxima ilusión han coincidido con los episodios en los que los partidos políticos han sido capaces de actuar unidos. Por tanto, todo hace pensar que si se ofrece una candidatura que combine sociedad civil y partidos independentistas los ánimos volverán a crecer y el proyecto independentista tendrá la ‘trempera’ (erección, excitación) que necesita.

Tercera. Esta propuesta es de todos los que han trabajado por la independencia. Hasta ahora, el proceso hacia la independencia ha sido compartido entre una sociedad civil muy activa en la reivindicación del derecho a decidir y de la independencia como la única vía que garantizará una Cataluña más socialmente justa y libre. La sociedad y los partidos políticos que desde el Parlamento han escuchado las reivindicaciones ciudadanas han hecho avanzar el proceso. Ahora que ya estamos en tiempo de descuento y el 27S está muy cerca, la lista que propone Mas tiene la virtud de hacer confluir a los que han empujado el proceso desde la sociedad civil y a los que más o menos acertadamente lo han hecho desde los partidos. Esta sí que es una nueva manera de hacer política y puede representar una buena vía para hacer que todo el mundo sea partícipe de la construcción del nuevo país que queremos.

Cuarta. La lista unitaria soberanista hace frente a una potencial lista de Cataluña en Común. Si bien esta opción aún no está confirmada, hoy ya sabemos que para este sector las elecciones del 27S no serán plebiscitarias. Serán autonómicas y lo único que buscará es hacer un cambio de gobierno. Ya lo hemos visto en Barcelona o incluso en Badalona. Ustedes me dirán que entre los partidarios de Cataluña en Común hay independentistas y yo no se lo negaré. Pero como ya han dejado claro por el derecho y por el revés, para ellos la independencia de Cataluña no es una prioridad. La lista transversal y conjunta debe apostar por vincular claramente el progreso nacional y el progreso social para derrotar a los que nos quieren ligados a España, alcen la bandera que alcen.

Así pues, el círculo se cierra. Las opciones son cada día más reducidas y los datos demoscópicos demuestran que la lista unitaria que representa las movilizaciones y los anhelos de un pueblo que reclama libertad es la vía para avanzar. Ahora es la hora de comprender que el pacto comprometido y compartido que propone el presidente Mas es la mejor manera de dar voz a todos los que reclamamos la independencia. Creo que es la vía para garantizar que nuestros sueños se hagan realidad. Pasemos de puñetas, ¿eh? ¿Seremos capaces de hacerlo? ¡Ojalá!

(*) http://www.nabarralde.com/es/catalunya/13859-2015-06-25-08-54-43