Dependentistas

Quizás ha llegado la hora de ser más cuidadosos a la hora de etiquetar a las personas que tienen como objetivo político que Cataluña siga dependiendo de España. Se trata simplemente de una cuestión de raíz semántica. Si se quiere que Cataluña dependa de España se es un dependentista, en contraposición con aquellos que no lo quieren, que son independentistas. Hasta ahora esta función la había acaparado la palabra unionista, un concepto que -todavía es muy gráfico- resulta un poco impreciso. Un unionista es una persona que está por la unión, así en general, y por lo tanto se convierte en un principio filosófico más que un objetivo político. Si nos ponemos hippies, todo el mundo quiere la unión de los pueblos, que no haya fronteras, que no existan las banderas e ‘Imagine all the people living for today’. El problema es que a menudo los que predican el cosmopolitismo después hablan de territorio nacional, Audiencia Nacional, Lotería Nacional, Radio Nacional y no quieren fronteras pero mantienen las de Ceuta, Melilla y colas separadas en los aeropuertos. Qué bonito es ser no nacionalista y consagrar en el artículo 2 de la Constitución que ésta «se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española», así, en mayúscula, que es como sale literalmente.

Unionismo es una palabra tomada directamente del conflicto de Irlanda del Norte. Allí quizá sí que tiene más sentido ya que los dos colectivos enfrentados eran los partidarios de Irlanda y los del Reino Unido (United Kingdom), y de ahí unionistas. Es más, allí los unionistas presumían de ello hasta el punto de que el principal partido unionista se llamaba así UUP, ‘Ulster Unionist Party’. Curiosamente, los favorables a que Irlanda del Norte formara parte de Irlanda y no del Reino Unido eran los nacionalistas. ¿Les suena? Nacionalistas sólo unos. Los vencedores escriben la historia, cierto, pero también son los que ponen etiquetas. Fueron los unionistas británicos los que se refirieron a los irlandeses como nacionalistas.

Que conste que esta propuesta la hago desde el más estricto de los respetos, sólo para aclarar las cosas. Si en una lado hay independentistas, en el otra deberían estar los dependentistas. Y es igual la gradación de este dependentismo: lo que propone el PSOE, el PP, Ciutadans, Podemos, Sociedad Civil Catalana, Duran o todo aquel que crea que es mejor que Cataluña y España sean el mismo Estado es dependentista. Quien quiera esta dependencia (la que sea) es dependentista, quien no la quiera, independentista. Quien crea que las infraestructuras las puede proponer Cataluña pero decidir Fomento, dependentista. Quien quiera competencias en enseñanza pero que Wert tenga la última palabra, dependentista. Quien se conforme con que Madrid tenga el grifo del dinero de la Generalitat, dependentista. Y así con todas las cuestiones en las que el Gobierno español acabe siendo dueño en última instancia de lo que se puede decidir en Cataluña.

Con todo, la palabra unionista es anterior a la que -de manera despectiva- se había acuñado para referirse a los independentistas: separatistas. Es decir, los que se quieren separar, los que quieren romper y cualquier connotación negativa en este sentido. La división social y tal. Los mismos que aseguran que hay pensamiento único. Difícil paradoja: División social y pensamiento único. O una u otra: o dependentista o independentista no como sentimiento, no como emoción, sino como objetivo político. Porque no se trata de ser independentista sino de estar en ello y no se trata de separar, se trata de no depender.

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