Syriza y la nación

La decisión de Syriza de formar gobierno con el partido derechista de los Griegos Independientes ha desconcertado a algunos de los entusiasmados aliados europeos de la Coalición de la Izquierda Radical. Como dice Jordi Lleonart, en política internacional la discusión siempre es matizada por la voluntad política local de quien discute. Discutimos sobre Grecia, pues, pero asumimos que discutiendo sobre Grecia discutimos también sobre nosotros.

Los Griegos Independientes son un grupo político situado a la derecha de Nueva Democracia; a la derecha del PP, para entendernos. Son xenófobos, populistas y reaccionarios. ¿Qué explicación hay, pues? ¿Cómo se explica que la inmaculada Syriza haya tardado horas, sólo horas, en acordar con ellos y formar gobierno?

No es el primer pacto entre los Griegos Independientes y Syriza. En el parlamento griego, durante la legislatura anterior los dos grupos ya habían pactado varias veces, sobre todo para hacer frente a las medidas de la troika. Comparten esencialmente la idea de que Grecia es tratada por Europa como una colonia, y beben en el rico pozo del anticolonialismo griego, de la lucha por la independencia y la soberanía del país.

¿Basta con esto para hacer gobierno? Personalmente, pienso que es ir demasiado lejos. A mí me cuesta demasiado digerir esta coalición. El líder de los Griegos Independientes es ‘casta’, para usar el lenguaje de moda, y de la más rancia. Pero al final es tal como Tsipras lo ha decidido y, visto desde nuestro país y desde nuestra situación, desde algunas de nuestras polémicas, no voy a negar que la cosa sea interesante.

CiU, para entendernos, es casi socialista puesta al lado de los Griegos Independientes. Así pues, si la dignidad de la nación griega justifica un acuerdo entre Syriza y los independientes, no me parece muy descabellado decir que la dignidad nacional catalana podría justificar también un acuerdo entre Iniciativa, Izquierda Unida o Podemos y CiU.

La cuestión, al fin y al cabo, es preguntarse, como el viejo Lenin: ‘¿Un acuerdo para hacer qué?’ Es evidente que este acuerdo de Grecia es anticolonial, pensado para recuperar la soberanía nacional. ¿Y en Cataluña?

No insistiré más. La magnífica victoria de Syriza subraya sobre todo que Europa es un proyecto imposible e inviable si nos empobrece a los europeos. Pero esta victoria también, mira por donde, explica la pervivencia de la nación como ámbito de soberanía que permite a los ciudadanos el reaccionar y cambiar el sistema de raíz. ¡Eh!, con todas las contradicciones que haya que asumir.

PD. Un aviso: Pablo Iglesias estuvo la semana pasada en Grecia y cuando volvió, después de haber hablado con Tsipras, envió mensajes de amor a Ciudadanos. Miren esto también desde las decisiones de ayer. Porque a ver si ahora resulta que estos dos también formarán un gobierno ‘patriótico’ sin manías, mientras nosotros continuamos acudiendo a la retórica…

VILAWEB