¿Hace falta una lista unitaria de país? Trece respuestas desde la sociedad civil

Hablamos con Toni Soler, Marta Rojals, Miquel Calçada, Isona Passola, Antonio Baños, Francesc Canosa y Liz Castro, entre otros

El nuevo rumbo hacia el 9-N marcado por el presidente Artur Mas ha abierto una caja de Pandora que hasta ahora estaba guardada en el almacén soberanista: las elecciones con carácter plebiscitario. Mas dijo que después de la consulta del 9 de noviembre, la independencia se decidiría de manera vinculante en unas elecciones convocadas con normalidad. Y añadió que los partidos serían los responsables de convertirlas en unas plebiscitarias, con una candidatura conjunta que obtuviera un mandato inequívoco para preparar la declaración unilateral de independencia. El debate se ha abierto entre los dirigentes de los partidos, pero también entre la sociedad civil, la principal impulsora del proceso de independencia en el Principado.

Para obtener una cata o una muestra de este debate, hemos pedido a varias personalidades de la sociedad civil que nos dieran la opinión. Han hablado los comisarios del Tricentenario por la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona, Miquel Calçada y Toni Soler, respectivamente; los periodistas Laia Altarriba, Francesc-Marc Álvaro, Antonio Baños, Francesc Canosa y Jofre Llombart; la productora Isona Passola; la escritora Marta Rojals; el empresario Joan Canadell (Círculo Catalán de Negocios); la editora Liz Castro; el profesor y sociolingüista Isidor Marí; y el politólogo Josep M. Reniu.

Laia Altarriba, periodista

«Entiendo que una lista de país debería hacerse sobre la base de un programa de mínimos que incluyera el desafío de la independencia de los Países Catalanes; una propuesta concreta para avanzar en el proceso soberanista que vive Cataluña; poner la economía al servicio de las personas y no de los intereses privados; desobediencia a la ‘troika’, a los mercados y a la dictadura de la deuda: no pago de la deuda; un plan de choque para garantizar que todo el mundo disfrute de unas condiciones de vida dignas (trabajo, vivienda) y la defensa de los servicios públicos universales y de calidad; y herramientas reales de participación de la población en las decisiones colectivas.

Estas propuestas impiden que pueda formar parte CiU y las fuerzas políticas que han participado en los últimos gobiernos que han gestionado este sistema injusto y excluyente. Por lo tanto, concibo una lista de unidad popular con la participación de la CUP y de los movimientos y organizaciones populares, independentistas y transformadores. En todo caso, todos los partidos comprometidos con la independencia podrían concurrir a las elecciones con un punto común».

Francesc-Marc Álvaro, periodista

«Soy partidario de hacer una lista de país que tenga como programa claro y pautado lograr la independencia. No hablo de una coalición de partidos sino de una plataforma muy amplia sin siglas, muy vinculada al espíritu de la ANC y de Òmnium Cultural. Esta candidatura debería incorporar, junto a Mas y Junqueras, a personalidades provenientes de otros espacios políticos (como ecosocialistas, socialistas y demócrata-cristianos soberanistas), además figuras representativas de la sociedad civil y profesionales de prestigio en diversos campos .

Una opción transversal de este tipo convertiría las autonómicas en plebiscitarias y generaría -me parece- ilusión entre la mayoría social movilizada desde el 2012. También aseguraría una mayoría absoluta holgada, más claramente que varias listas separadas. Pero todo esto no saldrá bien si no hay inteligencia, generosidad y visión del gran objetivo que tenemos delante».

Antonio Baños, periodista y miembro de Súmate

«Yo no creo en el efecto mítico de la ‘unidad’. A la izquierda precisamente, el mito de la unidad le ha sido bastante dañino. Yo creo en la unidad de acción. Es decir, mantener los espacios de cada opción pero actuando en bloque.

Hecha la reflexión previa, soy contrario a una lista unitaria porque, precisamente, el proyecto de país es plural e incluso contradictorio. Ocultar el conflicto y los antagonistas bajo una lista lo encuentro un poco infantil. Todo el mundo sabe que hay un proyecto de derechas, uno socialdemócrata y uno de izquierda transformadora. Y no pasa nada. Coordinados, pero no subordinados. Juntos, pero no unidos. Cuanto más proyectos de país, mejor. No es más confusión, es más libertad y más debate.

En mi caso, no quiero renunciar a exponer un proyecto de Cataluña inequívocamente independiente y soberana, pero también independiente y soberana de la deuda, la ‘troika’ y el capitalismo extractivo actual.

Es cuestión de madurez política y de perder el miedo a la diferencia y a la confrontación política leal y franca. Y, obviamente, en el momento de votar la declaración unilateral de independencia. Todos pulsando el botón del sí. Entonces juntos, eso sí. »

Miquel Calçada, periodista y comisario del Tricentenario por la Generalitat

«Sí, creo que tiene que haber una lista unitaria de país y que debe ser lo más transversal posible. Es importante que integre el máximo de sensibilidades.

Me gustaría que los partidos políticos favorables a una Cataluña independiente vieran muy claro que estas elecciones plebiscitarias serán excepcionales.

Hará falta toda la generosidad del mundo. Después, cuando hayamos conseguido el objetivo común y prioritario, ya nos pelearemos… o no».

Joan Canadell, empresario y dirigente del Círculo Catalán de Negocios

«La batalla interna, dentro del Estado español, ya la tenemos ganada. Los catalanes hemos superado el miedo y vamos juntos (1,8 millones reunidos por un objetivo lo demuestra). Ahora hay que ganar la batalla internacional, que sólo se vencerá con la democracia en el estado más puro posible. La constitución es un símbolo democrático en muchos estados, excepto al español, donde actúa de jaula.

Una lista de país es una manera de demostrar al mundo el elemento más puro de la democracia: el pueblo es quien toma las riendas junto con la clase política para hacer una legislatura constituyente.

Una vez aprobada nuestra constitución, entraremos en la aburrida vida política de estados democráticos como los nórdicos, donde los representantes políticos se creen y actúan en defensa de su pueblo, por encima de los intereses personales. Entonces volverán los partidos de siempre, pero con un marco democrático mucho más puro».

Francesc Canosa, periodista

«Creo que una lista de país sería una buena opción. La lista que me imagino debería ir encabezada por el presidente Artur Mas, acompañado de Oriol Junqueras. Veo bien que pueda incluir personalidades de la sociedad civil, pero sobre todo creo que esta lista debería tener nuevas caras políticas, que ya hagan visible el nuevo país. Si hay una lista de país también se ha de mostrar el rostro de futuro. Para mí este factor es necesario, incluso si no se hiciera lista única y el objetivo fuera el mismo. Hay que ver las nuevas caras del nuevo país».

Liz Castro, editora y escritora

«Conocí Cataluña vía Orwell, y su descripción de la izquierda hendida y autodestructiva en 1937 la tengo muy grabada. Cuando los partidos independentistas fueron incapaces de juntarse para las elecciones de noviembre del 2012, o para formar una candidatura unitaria a las europeas esta primavera, se sentía una frustración muy grande, hasta una resignación, como si ya se supiera que la unidad era imposible.

Una de las razones que hacen la unidad tan importante ahora es terminar de sacarse esa espina: que la Cataluña política no puede unirse con un objetivo común. Y claro que puede. Una serie de expertos y líderes cívicos en lo alto de una lista unitaria en unas plebiscitarias podría ser la carta perfecta -y además servir de base de un proceso constituyente fuerte de un Estado nuevo de trinca».

Jofre Llombart, periodista

«No sé si ‘se tiene que hacer una lista de país como imperativo, pero sí es lo que más me gustaría. Sería un hecho excepcional en una situación excepcional. Creo que debería estar representada la sociedad civil, ya nos entendemos. Y cuando digo sociedad civil incluyo los principales dirigentes políticos que han capitaneado el proceso, que de hecho no dejan de emanar de esta sociedad. Además, no creo que sea prudente el desnudar el parlamento de las personas que conocen las bambalinas del Estado que se quiere desafiar. Por lo tanto, políticos, sí, y a partir de ahí el resto del mosaico de la sociedad catalana.

¿Esto diluirá las ideologías? Claro. Pero, como he dicho, se trata de un tiempo excepcional donde deberían apartarse debates secundarios hasta dentro de unos meses. Creo que el país se lo puede permitir. Culmino con un ejemplo que intenta resumir todo esto que digo: el movimiento soberanista debe ser lo suficientemente fuerte y elegante para poner, en una misma lista, una enfermera que haya sido víctima de los recortes en sanidad con un gestor responsable de haberlas ejecutado. Si se es capaz de llegar a este entendimiento se transmitirá un mensaje muy potente de transversalidad, generosidad y firmeza».

Isidor Marí, profesor y sociolingüista

«Creo que una sola candidatura soberanista claramente mayoritaria con un programa único es un ideal difícil. Seguramente es más viable pensar que una candidatura así, tan amplia como sea posible, integrada por políticos y representantes de la sociedad, puede ir acompañada de alguna otra lista con programa propio, pero que comparta el compromiso de acceder a la independencia. Esto facilitaría que alguna formación política sumara mayoría».

Isona Passola, productora de cine

«La lista unitaria que sería idónea para las elecciones plebiscitarias debería ser formada por gente de prestigio indiscutido, muy buena profesionalmente, de sectores diversos, cuanto menos políticos, mejor. Y al frente, eso sí, los cabezas de lista de los partidos y asociaciones de la sociedad civil que nos han permitido llegar hasta aquí. Alerta, sin embargo, que la gente se confunde. Esta lista de gente no serán forzosamente los que gobernarán el país independiente, son los que proclamarán la independencia. Una vez proclamada, se realizarán las elecciones normales para decidir quienes serán los que se harán cargo de las negociaciones que la harán efectiva de una manera práctica. »

Josep M. Reniu, politólogo

«A estas alturas creo que hay dos opciones: A) Candidaturas de los partidos en solitario, confluyendo en una posición clara, nítida y contundente sobre la independencia. Es decir, asumiendo de manera clara e indiscutible el objetivo central de la generación de un mandato democrático para iniciar el proceso de secesión de Cataluña. Desaconsejaría una candidatura unitaria de partidos porque no es cierto que 2 + 2 = 4, dado que las diferencias ideológicas evidentes entre los potenciales socios podrían generar demasiado fácilmente pérdidas electorales. B) Configuración de una ‘lista unitaria de país’, donde los partidos quedaran ‘difuminados’ en una oferta transversal indiscutiblemente soberanista. No sólo se debería contar con personalidades representativas de la sociedad catalana sino que también debería incorporar representantes de los partidos, dado que entre el proceso electoral y la culminación de la secesión no sólo se han de negociar los términos sino que también se ha de gobernar el día a día del país.

En resumen, si bien la opción de confluencia programática podría convertirse en un recurso razonable, no es menos cierto que es la hora de que la sociedad civil que ha generado este proceso y que lo mantiene vigente con toda plenitud tome también el reto de corresponsabilizarse en el ámbito institucional de los pasos a seguir haciendo para alcanzar el objetivo de la independencia de nuestro país».

Marta Rojals, escritora

«Sin tenerlo muy meditado, tiraría por la solución que fuera más fácil, al menos de cara a la sociedad civil, que ya está suficientemente mareada: candidaturas separadas para recoger el propio electorado ahorrándole disyuntivas ideológicas o contradicciones morales, y de cara a los partidos, la inclusión del famoso primer punto idéntico en el que se comprometen a declarar la independencia al día siguiente de las elecciones. Con estos mínimos creo que ya lo tendríamos».

Toni Soler, periodista y escritor

«Mi opinión es que una lista unitaria debería incluir ICV y la CUP, y eso ahora mismo es imposible. Si nos referimos a una lista con CDC y ERC (porque no sabemos si a estas alturas CiU sigue siendo una marca electoral), igualmente es una opción que presenta muchos inconvenientes, sobre todo por la desconfianza recíproca y el temor que genera entre los republicanos el horizonte del caso Palau.

Sin embargo, la lista unitaria se debería hacer, si realmente garantizara un resultado global mejor de la opción soberanista. Si fuera el caso, la lista debería tener un programa electoral explícito en los términos y en el calendario, lo que hoy parece poco probable; y sería preferible que se presentara como una lista cívica y no como una coalición de partidos. »

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