Sr. Jiménez Villarejo, ¿»Podemos» votar?

“Un jurista con vocación democrática no puede ser insensible a una sociedad donde los principios constitucionales se están traicionando. “Podemos” es el anhelo frente a la decadencia del sistema democrático y frente a las consecuencias negativas del capitalismo”. Con estas nobles y vibrantes palabras, Carlos Jiménez Villarejo, nuevo eurodiputado elegido en las listas de «Podemos», el partido-movimiento de éxito de las pasadas elecciones, respondía una de las primeras preguntas de la entrevista que salió publicada ayer El País.

 

«Un jurista con vocación democrática». No se puede pedir más. «Anhelo frente a la decadencia del sistema democrático». Totalmente de acuerdo.

 

Bueno, pues, magnífico. Así pues, parecía que habíamos escogido un gran eurodiputado, una persona comprometida radicalmente con la democracia.

 

Pero si seguimos leyendo la entrevista, el Sr. Jiménez Villarejo afirma: “Me opongo a la consulta y más de la manera en que se ha planteado, que me parece tramposa y capciosa. “Podemos” es un movimiento muy amplio y en su programa hace una referencia vaga al derecho a decidir de los pueblos y no se alude a Cataluña. ¿Porqué no consultamos a los ciudadanos sobre qué medidas hay que aplicar sobre los desahucios y colocar a la banca en su sitio?”.

 

Vaya por delante que por mí se puede consultar a los ciudadanos de todo, lo que no parece que el Sr. Jiménez Villarejo esté dispuesto a aceptar. ¿Y dónde queda, pues, el «anhelo»? ¿Y la «vocación democrática»? ¿Ahora resulta que hay límites, al «compromiso por la democracia»?. ¿Se puede votar de todo y para todo, se ve, excepto por la independencia de Cataluña?. Curioso.

 

La alergia del Sr. Jiménez Villarejo por el derecho a decidir de los catalanes es una vieja marca de la casa, y, en general, de la izquierda española de paso por Cataluña. Recuerdo un artículo suyo en El País, obviamente, de 16 de junio de 2013, «Las trampas del soberanismo», donde alarmado de la existencia de la desnutrición infantil en Cataluña cargaba contra el referéndum de autodeterminación. Afirmaba: “el Gobierno de CiU y su sumiso aliado saben que en el actual marco constitucional no es posible preguntar a la ciudadanía de Catalunya de forma clara e inequívoca sobre la pretendida secesión, ya que como bien dice el citado Manifiesto, “una consulta al margen de la ley es un acto de insumisión…” además de, habría que añadir, antidemocrática”.

 

¿Pero, en qué quedamos: el sistema democrático actual es decadente? ¿Hay que apostar por la radicalidad democrática? ¿Sí o no? Y si la respuesta es sí, una propuesta radicalmente democrática y de ruptura con el status quo como el referéndum catalán, ¿resulta que no se puede hacer porque es un «acto de insumisión? ¡De «insumisión»!, dice el Sr. Jiménez Villarejo, dispuesto a aceptar trescientos cuarenta y ocho casos de insumisión, si son necesarios, pero que nunca aceptará que siete millones y medio de catalanes puedan decidir su futuro.

 

Un artículo, pues, que destilaba lerrouxismo fosilizado y prediluviano, ideal para Ciudadanos y especies similares. ¿Cómo es que eso lo compra la izquierda? ¿Prefiere el Sr. Jiménez Villarejo la foto del establishment del Rey con el Puente Aéreo? Todos aquellos señores piensan exactamente igual que él, que la consulta está al margen de la ley y que es un acto de insumisión. ¿Con quién prefiere estar, en la foto, el nuevo eurodiputado, con los señores Lara y Godó o con el pueblo de Cataluña? Ciertamente, el Sr. Pablo Iglesias se mostró respetuoso con la voluntad del pueblo catalán. Pero la alarma se ha disparado a la vista del posicionamiento del Sr. Jiménez Villarejo. Es necesaria una aclaración pública para saber si podemos contar con ‘Podemos’ o no podemos contar con ellos.

 

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