¿Es igual preguntar por estado propio, libre, soberano o independiente?

La discusión sobre la pregunta a hacer en la consulta, que aún nadie ha convocado, va envenenando el debate político catalán. Entre los partidos. En la calle el debate es claro. Todo el mundo recuerda que fue en la Vía Catalana por la independencia. Y si preguntas sobre qué va el referéndum la única respuesta es ‘sobre la independencia’. Ahora, en el parlamento la cosa no está tan clara. Unió e ICV pinzan a los otros grupos para evitar que la palabra ‘independencia’ o ‘independiente’ aparezcan en el enunciado. El dilema que crean los contrarios a la palabra es si vale la pena preguntar por la independencia con el riesgo de que ICV y quizás Unió se descuelguen de la propuesta. Pero votar una cosa u otra no es igual.

¿Qué es un estado?

El debate tiene dos caras. En primer lugar hay que preguntarse si es lógico que precisamente los partidos que no participaron en la Vía Catalana acaben consiguiendo que no se pregunte sobre lo que todo el mundo reclamaba en la mayor manifestación de la historia de Cataluña. Es un contrasentido evidente que las negociaciones pueden hacer real. En segundo lugar, sin embargo, existe el debate sobre la significación de las diversas opciones propuestas.

Básicamente se ha hablado de preguntar sobre la creación de un Estado independiente, soberano, libre o propio. ¿Qué significaría en cada caso la pregunta? En primer lugar, ¿cómo definimos un Estado?

La definición más habitual y popular de Estado aparece en el artículo primero  de la Convención de Montevideo sobre los derechos y los deberes de los Estados (1933). Se dice simplemente que un Estado es un sujeto jurídico que tiene cuatro cualificaciones: una población permanente, un territorio definido, un gobierno y la capacidad de mantener relaciones con otros estados del mundo.

Esta definición en la mayoría de la jurisprudencia internacional se aplica exclusivamente a los estados independientes, sin necesidad de calificarlos como tales. Un Estado, generalmente, se entiende que es un Estado independiente. Pero es cierto que es bastante habitual hablar de estados o de gobiernos soberanos refiriéndose a estados o gobiernos independientes. Hay en este sentido una cierta confusión semántica.

Aclarado, pues, qué es un Estado veamos las cuatro posibles cualificaciones.

1. Estado propio. Es un concepto desconocido en el plano jurídico y político. Simplemente no existe más allá del debate catalán. Nadie sabe qué quiere decir y tiene un significado extraordinariamente equívoco. Para muchos catalanes España es su Estado propio, por ejemplo. De todas las opciones posibles, ésta es la peor.

2. Estado libre. Es un concepto también muy inconcreto, pero no tan equívoco como el Estado propio. El término ‘libre’ asume la idea de que el Estado tiene libertad para decidir dentro de algún margen, no especificado. Pero hay estados calificados de libres que no son de ninguna manera independientes. Actualmente una provincia sudafricana se llama simplemente ‘Free State’ y sólo es una provincia. Puerto Rico es un ‘Estado libre asociado’ a los Estados Unidos y no es independiente. O está el Estado libre de Baviera, o el de Sajonia, en Alemania que son miembros de la federación y basta. Libre, pues, no tiene necesariamente, ni siquiera habitualmente, el significado de independiente.

3. Estado soberano. Es una definición usada a menudo como sinónimo de Estado independiente. Pero tiene el problema de que el concepto de soberanía no es un concepto que tenga un acuerdo claro y general de lo que significa.

¿Podemos diferenciar un Estado soberano de un Estado independiente? Seguramente sí. Podemos diferenciar las funciones, principalmente porque hay un acuerdo general en el sentido de que la soberanía puede ser transferida total o parcialmente, como hacen los miembros de la Unión Europea a la propia Unión, pero la independencia no: o eres independiente o no lo eres. Este sería el punto de discrepancia entre ambas cualificaciones y lo que hace, en definitiva, muy preferible el concepto de Estado independiente por encima de cualquier otro.

Con todo, hay que reconocer que, a diferencia de los conceptos ‘libre’ o ‘propio’, completamente inservibles, el concepto de ‘Estado soberano’ seguramente tendería a ser interpretado como Estado independiente por la comunidad internacional. Y también expresaría el choque de legitimidades con España que insiste en que la soberanía reside en el ‘pueblo español’ entendido como el conjunto de personas que ahora son españoles.

4) Estado independiente. Esta es la definición preferible, la más clara e indiscutible, la que no presenta ningún equívoco. No únicamente porque no admite discusiones en el ámbito internacional -nadie dudará del significado que tiene-, sino también porque es la definición reclamada en las movilizaciones de los últimos años. Y eso, dejando de lado el reconocimiento posterior por parte de los otros estados. Hay que recordar que hay estados independientes que no tienen un reconocimiento diplomático completo, entre los cuales una gran potencia como la República Popular China o países del nivel de Israel, Corea del Sur o Armenia.

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